En un cementerio de Manila, Filipinas, 10.000 familias viven entre tumbas debido a la inseguridad social y falta de recursos. Aquí te contamos a qué se debe.
Tomado de BBC
El cementerio de Manila en el norte de Filipinas tiene alrededor de 1´000.000 de muertos y, al mismo tiempo, alberga aproximadamente 10.000 familias, las cuales han hecho de las tumbas y mausoleos, su hogar.
Algunos han adoptado las lápidas de sus parientes como sus hogares, como una tradición de las generaciones pasadas, otros piden permiso a los propietarios y se encargan del mantenimiento del lugar.
La dormida es compleja, hay quienes duermen en estructuras improvisadas o en mausoleos sobre las tumbas, donde instauran la cocina, la televisión y el comedor. Cabe recalcar que las conexiones eléctricas son empíricas e inseguras y son un lujo. La mayoría de la población no tiene acceso ni a electricidad, ni a agua.
La raíz del problema en este cementerio:
Todo esto se debe a un problema grave de inseguridad social. Las personas se establecen en la necrópolis porque es más seguro vivir ahí que en los barrios de la capital. Según Espacio Angular, “los habitantes prefieren su tranquilidad y seguridad a los peligrosos barrios pobres de la ciudad”.
Según Adam Edam en una cita en Espacio Angular, las tumbas se alquilan durante cinco años, si las personas dejan de pagar, se da un periodo de gracia antes exhumar los restos. Es una situación bastante compleja, ya que muchas personas llegan al cementerio porque su condición de pobreza no les permite pagar un alquiler en la ciudad.
El crecimiento y desarrollo de la ciudad en la casa de los muertos ha sido tan fuerte que este lugar se ha convertido en un lugar autosuficiente lleno de negocios de toda clase, que sirven para que las personas puedan subsistir.
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Los habitantes tienen diferentes oficios dentro de la necrópolis, algunos trabajan como enterradores o cuidando las tumbas, sobre todo los más jóvenes cobran por cargar los ataúdes, entre otras.
Este lugar genera un paralelo importante, ya que en este gran cementerio descansan personas ricas, famosas de la literatura y el cine, al lado de las personas más carentes y pobres de esta ciudad filipina.
Se estima que más o menos dos generaciones de personas han nacido, vivido y muerto en la necrópolis, haciendo de este, su único hogar. Una situación degradante que se convierte en una problemática pública de la capital del país filipino.
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