Más de 360 familias dependen de las ventas en el estadio, que se han visto severamente afectadas por los partidos a puerta cerrada tras los disturbios.
Los venteros que trabajan en el Estadio Atanasio Girardot de Medellín enfrentan una difícil situación tras el anuncio de la Alcaldía de que Atlético Nacional jugará dos partidos a puerta cerrada. Esta decisión fue tomada luego de los disturbios que protagonizaron algunos hinchas en el partido del pasado jueves entre Atlético Nacional y Junior de Barranquilla. Como medida adicional, la tribuna norte del estadio permanecerá cerrada durante dos fechas, afectando directamente a quienes dependen de las ventas dentro y fuera del recinto.
La decisión ha causado gran preocupación entre los vendedores informales que habitualmente ofrecen sus productos durante los partidos. Según declaraciones de algunos afectados, la falta de público en el estadio significa una pérdida total de ingresos, ya que no tendrán a quién venderle durante los encuentros. “No tenemos ingresos sin el público, nuestras ventas se reducen a cero, y esto afecta nuestra capacidad de llevar sustento a nuestras familias”, comentó uno de los vendedores afectados.
En total, se estima que más de 360 familias dependen económicamente de las ventas realizadas durante los partidos en el Estadio Atanasio Girardot. Estas familias comercializan productos como comida, bebidas, camisetas y otros artículos relacionados con el fútbol, tanto dentro como fuera del estadio. El cierre del recinto para el público significa que, durante al menos dos fechas, sus ingresos serán severamente reducidos, lo que generará un impacto económico significativo para ellos.
Muchos de estos vendedores informales han manifestado su frustración, indicando que el cierre del estadio no solo los afecta financieramente, sino que también pone en riesgo la estabilidad de sus hogares.
Los desmanes que provocaron esta decisión ocurrieron durante el partido entre Atlético Nacional y Junior de Barranquilla el pasado jueves. Algunos hinchas del equipo local iniciaron disturbios en la tribuna, lo que obligó a la intervención de las autoridades de seguridad. Aunque no se registraron heridos graves, los incidentes fueron lo suficientemente preocupantes como para que la Alcaldía tomara la decisión de sancionar al club con dos partidos a puerta cerrada.
La sanción también incluye el cierre de la tribuna norte, conocida por ser una de las más activas durante los partidos de Nacional. Esta tribuna ha sido históricamente ocupada por los hinchas más fervientes del equipo, y los incidentes del jueves fueron protagonizados principalmente en esa zona del estadio.