Detectado a finales de 2024, este cuerpo asteroide será monitoreado por agencias espaciales ante una posible amenaza en 2032
La explosión de Tunguska por un asteroide en 1908 arrasó 2.000 km² de bosque en Siberia con la fuerza de 1.000 bombas de Hiroshima. Foto: generada con IA
El reciente descubrimiento del asteroide 2024 YR4 ha despertado la atención de la comunidad científica y de las agencias espaciales de todo el mundo. Con un tamaño estimado entre 40 y 100 metros de diámetro, esta roca espacial podría acercarse peligrosamente a la Tierra en diciembre de 2032, lo que ha motivado la activación de protocolos de vigilancia y defensa planetaria.
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Este asteroide es un hallazgo clave para la astronomía
El asteroide fue detectado en diciembre de 2024 por el telescopio ATLAS, ubicado en Chile. Este sistema, financiado por la NASA, tiene la misión de identificar objetos cercanos a la Tierra y evaluar posibles amenazas. La información inicial indica que 2024 YR4 se encuentra en una trayectoria que, según las proyecciones actuales, presenta una probabilidad de impacto del 1,3 % en 2032.
Según Colin Snodgrass, astrónomo de la Universidad de Edimburgo, «aunque la probabilidad de colisión es baja, es fundamental seguir monitoreando su trayectoria para descartar cualquier riesgo». La comunidad científica enfatiza que, aunque el margen de error es pequeño, la recolección de datos adicionales en los próximos años permitirá afinar los cálculos y tomar decisiones oportunas.
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El asteroide y la evaluación de riesgos
Para medir la peligrosidad de los asteroides, los expertos utilizan la escala de Turín, que clasifica las posibles amenazas en niveles del 0 al 10. En este caso, 2024 YR4 ha sido catalogado con un nivel 3, lo que indica que, si bien no representa una amenaza inminente, requiere una atención constante. En el pasado, solo el asteroide Apophis alcanzó un nivel 4 antes de que nuevos cálculos descartaran un posible impacto.
De acuerdo con el astrofísico Gareth Collins, «la vigilancia de objetos cercanos a la Tierra es clave para prever cualquier eventualidad y tomar medidas adecuadas». La Red Internacional de Alerta de Asteroides ya ha iniciado un monitoreo detallado para precisar mejor su trayectoria y evaluar la necesidad de futuras misiones de mitigación.
Estrategias de defensa planetaria
En caso de que se confirme un riesgo real de impacto, existen estrategias probadas para desviar la trayectoria de un asteroide. Un ejemplo exitoso fue la misión DART de la NASA en 2022, que logró modificar la órbita de un asteroide mediante el impacto de una nave espacial. Tecnologías similares podrían aplicarse en el futuro si se determina que 2024 YR4 representa una amenaza significativa.
«Este asteroide tiene un tamaño en el que una misión como DART podría ser efectiva si fuera necesario», explicó Snodgrass. Sin embargo, recalca que aún es demasiado pronto para tomar decisiones sobre una posible intervención.
Lecciones del pasado y preparación para el futuro
Eventos históricos como la explosión de Tunguska en 1908, que devastó 2.000 kilómetros cuadrados en Siberia, han servido de referencia para entender el impacto que un asteroide de este tamaño podría tener en la Tierra. Aunque las probabilidades de que 2024 YR4 colisione con el planeta siguen siendo bajas, los científicos insisten en la importancia de mantener sistemas de alerta temprana y tecnologías de mitigación.
Por ahora, la comunidad astronómica continuará observando la trayectoria de este asteroide hasta su próxima aproximación en 2028, cuando será posible obtener datos más precisos sobre su comportamiento orbital.