El mundial Oceanman se realizará en medio oriente del 12 al 15 de diciembre. El más pequeño de la delegación colombiana es un antioqueño de nueve años.
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Alfonso Camacho y María Alejandra Arboleda son los padres de Cristóbal Camacho, quien el pasado 5 de octubre, asistió a Curazao para disputar una de las competencias clasificatorias que se realizan alrededor del mundo para el mundial de aguas abiertas.
Para poder asegurar su clasificación a la cita orbital, el antioqueño debía nadar 500 metros por debajo de 14 minutos y, sobrepasando los pronósticos, el niño prodigio de aguas abiertas, lo realizó en 13 minutos con dos segundos. “Algo que noté mucho es que en el mar abierto cuando vas lejos de la orilla, se siente como si no estuvieras avanzando tan rápido. Por eso me esforcé más…”, declaró el pequeño en los micrófonos de Teleantioquia Deportes.
Cristóbal fue diagnosticado con autismo de alto funcionamiento, una condición que no ha sido un limitante, pues lo hace vivir con más pasión: es intenso en sus sueños, mantiene el enfoque y se obsesiona con cumplir todo aquello que desea.
“Si tiene dedicación, disciplina y perseverancia, junto al amor de sus padres, puede alcanzar más allá de lo que es el cielo. Puede hacerlo todo, puede lograrlo todo. Está hecho para cosas muy grandes”, añadió María Alejandra Arboleda, madre de Cristóbal.
Esta familia encontró en el deporte unión y bienestar, además, una oportunidad de aprendizaje constante junto al menor, pues para Alfonso Camacho, padre del niño, la luz de la inocencia ha sido la lección más importante que les ha otorgado: “No hay que perder la visión de los niños. Uno de adulto pierde fe y pierde ilusiones. Cristóbal nos vuelve a llevar a ese punto. A tener ilusiones, a tener sueños y a cumplir metas. A no quedarse chiquito en la vida”.
La ilusión de la familia Camacho Arboleda es vehemente. Pues esperan conseguir los medios económicos para viajar al medio oriente y seguir construyendo un sueño de tres, que se volverá en sueño nacional.