La historia de Dominique Pelicot ha sacudido a Francia, siendo uno de los mayores delincuentes sexuales en los últimos 20 años. Imagen tomada de france24.com

Pelicot, de 71 años, ha admitido este martes 17 de septiembre en pleno juicio, haber drogado a su esposa durante diez años para que decenas de hombres la violaran: «Soy un violador, como todos los que están en esta sala», afirmó.

El principal acusado, comenzó su declaración hablando de dos eventos traumáticos que asegura, sufrió en su infancia: una violación por un enfermero a la edad de 9 años y su participación en una violación colectiva a una mujer con discapacidad cuando tenía 14 años. 

El hombre de 71 años explicó que drogar a Gisèle se convirtió en una rutina para satisfacer sus deseos y que grabó los abusos, en parte, como una forma de «garantizar» que quienes participaron fueran identificados, los mismos que ahora lo culpan de manipulador, muchos de ellos, asegurando que no sabían que la mujer se encontraba drogada: «sentía placer, en parte», confesó Pelicot, sin embargo, también admitió que se trataba de una «perversión».

Además, mencionó que ella “no merecía eso” refiriéndose a Gisèle Pelicot, su ex esposa: “Soy culpable de lo que hice. Ruego a mi mujer, a mis hijos, a mis nietos, a la señora M. (Esposa de otro acusado a la que también habría violado), aceptar mis disculpas. Pido perdón, aunque esto no sea aceptable”. 

Mientras tanto, Gisèle, la mujer que vivió esto sin ni siquiera darse cuenta durante una década, se ha mostrado fuerte, asistiendo a cada sesión del juicio, enfrentándose a su ex esposo y a otros 50 hombres que la violaron: «Durante 50 años, viví con un hombre del que no imaginaba que pudiera cometer actos de violación», expresó Gisèle.

Dominique no comparecía ante el tribunal desde el pasado miércoles por motivos de salud, sin embargo, un examen médico ordenado por el presidente del tribunal penal concluyó que estaba en condiciones de comparecer. Pelicot está acusado de violación, violación en reunión, intento de violación, violación de la intimidad y otros cargos.

El presidente también ha leído el perfil psiquiátrico que hicieron sus psicólogos: perverso, narcisista, sádico, con cero empatía, manipulador y con parafilias, entre ellas la somnofilia, y doble personalidad. Con riesgo elevado y peligro de reincidencia elevado. Sin patologías mentales que le impidan ver la realidad.

En otro escenario, al grito de «todas somos Gisèle», 10.000 personas se manifestaron el fin de semana en Francia en apoyo a la principal víctima, que rechazó al inicio del juicio que este se celebrara a puerta cerrada.