En Medellín dos hermanas tienen un trabajo que para muchos es propio de hombres: el montaje de llantas. Ellas dicen que las labores no tienen género, porque hay que reivindicar el derecho a trabajar.
En Medellín dos hermanas tienen un trabajo que para muchos es propio de hombres: el montaje de llantas. Ellas dicen que las labores no tienen género, porque hay que reivindicar el derecho a trabajar.