El estudio destaca que más del 90% de los propietarios de motocicletas pertenecen a estratos 1, 2 y 3, reflejando una tendencia en la movilidad urbana.
Un reciente estudio de la Asociación Nacional de Industriales (Andi) ha revelado datos sorprendentes sobre la propiedad de motocicletas en Colombia. Según la investigación, más del 90% de los hogares que poseen una motocicleta pertenecen a los estratos socioeconómicos 1, 2 y 3. Esta estadística destaca no solo la accesibilidad de las motocicletas para las clases más desfavorecidas, sino también su creciente popularidad como medio de transporte en el país.
Durante los primeros ocho meses del año, Colombia ha registrado la venta de más de 515,000 motocicletas, lo que representa un aumento del 14.4% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este crecimiento subraya la importancia de las motocicletas como una opción viable para la movilidad en las ciudades, especialmente en áreas donde el transporte público puede ser limitado.
El estudio de la Andi también indica que el 68% de las personas que adquieren motocicletas tienen un nivel educativo de bachillerato, técnico o tecnológico. Este dato es fundamental para entender el perfil de los motociclistas en Colombia. De acuerdo con la investigación, el 41% de estos conductores cuenta con formación técnica o tecnológica, mientras que el 30% posee estudios universitarios y el 27% son bachilleres.
Las regiones donde se concentra la mayor cantidad de motocicletas son Cundinamarca, que incluye Bogotá, Antioquia y el Valle del Cauca. Estas áreas representan el núcleo de la movilidad en motocicleta, lo que sugiere que las políticas de transporte deben considerar esta tendencia en su planificación.
Un aspecto notable del estudio es el aumento en la participación de mujeres en la compra de motocicletas. Actualmente, el 38% de los nuevos compradores a nivel nacional son mujeres. En Antioquia y Medellín, casi un tercio de las motocicletas registradas son adquiridas por mujeres, un cambio significativo en un ámbito tradicionalmente dominado por hombres. Este fenómeno no solo muestra un cambio en las dinámicas de género, sino que también refleja una transformación en la percepción de la movilidad y el empoderamiento femenino.
La capacidad económica de los hogares con motocicletas también es un factor a considerar. Más del 90% de estos hogares genera ingresos entre uno y tres salarios mínimos, lo que indica que, aunque las motocicletas son un bien accesible, también representan una inversión significativa para muchas familias. Esto pone de manifiesto la necesidad de opciones de financiamiento que permitan a más personas acceder a este medio de transporte.
La creciente popularidad de las motocicletas también podría tener implicaciones para la política de transporte público. Si bien las motocicletas ofrecen una alternativa rápida y económica, también es esencial que las autoridades consideren cómo integrarlas con otros medios de transporte para crear un sistema de movilidad más cohesivo.
En conclusión, el estudio de la Andi no solo revela el perfil de los motociclistas en Colombia, sino que también invita a reflexionar sobre las implicaciones de este fenómeno en la movilidad urbana y el desarrollo socioeconómico del país. A medida que las motocicletas se convierten en una opción cada vez más popular, es crucial que las políticas públicas se adapten a esta realidad, garantizando la seguridad y accesibilidad para todos los usuarios de la vía.