Foto tomada del programa Mañanas en Casa de Teleantioquia

La historia de Ángela Rojas es un testimonio de lucha, resiliencia y amor por la vida. Siendo deportista fue diagnosticada con Poliquistosis renal y hepática, enfermedad por la cual su mamá perdió la vida. Tras recibir un trasplante de hígado en 2019, encontró en la música de Jessi Uribe una fuente de fortaleza para superar los momentos más duros de su recuperación. Cinco años después, en el programa Mañanas en Casa de Teleantioquia, logró cumplir un sueño que llevaba tiempo esperando: conocer al cantante y contarle su historia.

Un trasplante, un himno y una segunda oportunidad

En diciembre de 2019, mientras el mundo celebraba la Navidad, la vida de Ángela dio un giro inesperado. A las 9:22 de la noche recibió la llamada que cambiaría su destino: había un hígado disponible para su trasplante. Entre nervios y emociones, llegó al Hospital Pablo Tobón Uribe sin imaginar que la banda sonora de ese momento quedaría marcada para siempre en su memoria.

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Cuando las puertas del quirófano se abrieron, sonaba «Dulce pecado» de Jessi Uribe. En ese instante, una sensación de esperanza la invadió. Era como si esa canción la empujara a seguir adelante. Antes de quedarse dormida por la anestesia, el médico le preguntó si le gustaba la música de Jessi Uribe. «Sí», respondió con una sonrisa, y las últimas palabras que pronunció antes de la cirugía fueron los versos de esa canción que cantó junto al médico.

El 31 de diciembre recibió el alta médica y regresó a casa. La recuperación no fue sencilla: su cuerpo tuvo que adaptarse al nuevo órgano y cada día representaba una batalla. Pero su espíritu de atleta y su determinación la ayudaron a superar los momentos más difíciles. Mientras se recuperaba rodeada de su familia, «Dulce pecado» volvió a sonar. Para ella, la melodía ya no era solo una canción, sino un recordatorio de su renacer.

Un reencuentro lleno de emoción

A lo largo de los años, Ángela siempre tuvo el deseo de contarle a Jessi Uribe lo que su música representó en su vida. Finalmente, el destino hizo su magia. El 10 de marzo de 2025 en Mañanas en Casa, Jessi Uribe era el primer invitado, y Ángela, quien también participaba en el programa para compartir su historia como atleta trasplantada, tuvo la oportunidad de conocerlo tras bambalinas.

Al encontrarse, con la voz entrecortada por la emoción, le relató su experiencia: cómo su música la acompañó en uno de los momentos más críticos de su vida y cómo le dio fuerzas para seguir adelante. Jessi, sorprendido y conmovido, la escuchó atentamente y cerraron el encuentro con un abrazo lleno de gratitud y admiración mutua.

Un reto por cumplir: los Juegos Mundiales de Trasplantados

Ángela desafió cada «No puedes» que escuchó tras su trasplante y, con una determinación inquebrantable, se aferró a su sueño: la natación. Su resiliencia la llevó a seguir compitiendo, demostrando que un trasplante no define los límites de una persona, sino su voluntad de superarlos. 

Luego de ganar cuatro medallas en los Juegos Nacionales de Trasplantados en Santa Marta, ahora enfrenta un nuevo desafío: representar a Colombia en los Juegos Mundiales de Trasplantados en Alemania este agosto. Su meta es clara y va más allá de lo personal: quiere traer una medalla de oro no solo para ella, sino también para su hermana, quien también ha sido trasplantada, y para todos aquellos que esperan una segunda oportunidad de vida.

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Sin embargo, para hacer realidad este sueño, necesita apoyo económico. Requiere aproximadamente 12 millones de pesos colombianos para cubrir los gastos del viaje y su estadía en el campeonato. Su mensaje es claro: «Quiero que más personas digan SÍ a la donación de órganos y tejidos, porque gracias a ese acto de generosidad hoy puedo nadar por mis sueños».

Quienes deseen apoyarla pueden contactarla a través de su número de celular (+57) 300 202 7404 o seguir su proceso en Instagram: @negrilita. También puede hacer su donación en esta colecta de Vaki: haga clic aquí