Más de 300 instituciones educativas fueron visitadas en una jornada que revela cifras alarmantes sobre acoso y violencia sexual en Colombia.
La Procuraduría instó a las autoridades de educación a aplicar programas y protocolos en prevención de acoso y violencia escolar. Foto: Screenshot
En una reciente jornada de visitas masivas a más de 300 instituciones educativas en Colombia, la Procuraduría General de la Nación ha reportado cifras alarmantes sobre acoso escolar y violencia sexual en el país.
En 2024, se registraron 1,515 casos de acoso escolar, 610 de violencia sexual y 399 de ciberacoso. Estos datos evidenciarían un incremento de la violencia en entornos educativos.
Las visitas, realizadas para evaluar la implementación de protocolos de prevención y atención, han revelado que muchas de las instituciones aún no han incorporado adecuadamente los procedimientos necesarios para abordar la violencia.
De hecho, un 26% de los casos de acoso y violencia sexual, uno de los más preocupantes, involucran a docentes o directivos, lo que plantea serias interrogantes sobre la protección y la seguridad de los estudiantes.
Faltan protocolos
La Procuraduría ha expresado su preocupación por la falta de protocolos en muchas instituciones. Durante las visitas, se constató que varios colegios no cuentan con usuarios y contraseñas para el reporte de situaciones de violencia en los sistemas de información, lo que limita la capacidad de respuesta ante estos incidentes.
Además, se ha observado que la implementación de programas de educación sexual es escasa, lo que podría contribuir al aumento de la vulnerabilidad de los estudiantes.
Las cifras, sin embargo, podría ser solo un subregistro de incidentes, ya que muchas instituciones no han accedido al Sistema de Información Único de Convivencia Escolar, que es fundamental para la recolección de datos y el seguimiento de los casos.
Cambio de enfoque
La Procuraduría instó a los responsables de los colegios a adoptar un enfoque proactivo para mejorar la detección y atención de casos de acoso y violencia.
Las autoridades educativas, por eso, deben establecer mecanismos de formación y capacitación para docentes y directivos, asegurando que cuenten con las herramientas necesarias para identificar y actuar frente a situaciones de riesgo.
Además, es fundamental que los padres se involucren en la educación de sus hijos sobre la importancia de la denuncia y la búsqueda de ayuda ante situaciones de acoso. La comunicación abierta entre padres e hijos puede ser un primer paso importante para detectar cualquier señal de alerta.