Winston Mosquera se convirtió en el primer obispo afrodescendiente del país y rompió un modelo tradicional de discriminación de la iglesia.

 

Primer obispo afrodescendiente del país
Primer obispo afrodescendiente del país

El 14 de septiembre de 2024, la Iglesia Católica en Colombia vivió un momento histórico con la ordenación del primer obispo afrodescendiente del país, Wiston Mosquera. Nacido en el municipio de Andagoya, Chocó, y con una trayectoria pastoral de más de tres décadas, Mosquera ha dedicado su vida al servicio de las comunidades más vulnerables. Su nombramiento como obispo de Quibdó por el Papa Francisco no solo es un reconocimiento a su labor incansable, sino también un símbolo de inclusión y diversidad dentro de la Iglesia en un país marcado por la diversidad étnica. 

La ceremonia, que tuvo lugar en la Catedral de San Pedro en Cali, contó con la presencia de importantes figuras, entre ellas la vicepresidenta Francia Márquez y más de 50 sacerdotes, además de fieles de diferentes regiones del país. Monseñor Mosquera se ha destacado por su trabajo con jóvenes en situación de riesgo y su firme apuesta por la paz y la reconciliación en territorios afectados por la violencia.

 

Esta ordenación no sólo marca un logro personal para Mosquera, sino que también representa un paso importante hacia la igualdad y el reconocimiento de la comunidad afrodescendiente en Colombia. Con su nuevo rol, el obispo Mosquera buscará llevar un mensaje de paz, esperanza y unidad al corazón del Chocó.

La importancia de esta ordenación

Wiston Mosquera no solo se convierte en el primer obispo afrodescendiente de Colombia, sino que su historia refleja el compromiso y sacrificio que ha marcado su vida. Desde su infancia en Andagoya, Chocó, Mosquera mostró una inclinación hacia el servicio comunitario, ayudando en la parroquia local y fundando grupos juveniles que buscaban alejar a los jóvenes de la violencia. 

Ordenado sacerdote en 2005, su camino ha estado siempre vinculado a las poblaciones más vulnerables, especialmente en el Valle del Cauca, donde ejerció como párroco en la Catedral de San Pedro de Cali. La designación de Mosquera como obispo de Quibdó, una región históricamente golpeada por la violencia y la pobreza, es un reflejo de su vocación por servir en zonas de conflicto. Su labor pastoral, marcada por la empatía y la lucha por los derechos de las comunidades afrocolombianas, le ha valido el respeto y el cariño de los fieles. 

La ceremonia de ordenación, que se celebró con cantos y alabanzas del Pacífico colombiano, fue un reconocimiento no solo a su trabajo, sino también a la importancia de la inclusión en la Iglesia. Con la mirada puesta en su nueva misión, Mosquera ha dejado claro que su prioridad será fomentar la paz, la reconciliación y el bienestar en Quibdó, una región que anhela la esperanza ya que ha sido fuertemente golpeada por la violencia y el abandono estatal, lo que representa un reto enorme para su misión.

En Colombia, un país donde las desigualdades persisten, su nombramiento marca un paso hacia una Iglesia más diversa e inclusiva. Con un liderazgo comprometido y una visión de paz, Wiston Mosquera tiene el potencial de convertirse en un agente de cambio no solo para la Iglesia, sino para la sociedad en general.