La historia de resiliencia de Edelmira Aristizábal, la pintora que transformó su vida a través del arte, fue contada en el programa No es cuento de Teleantioquia.

La historia de resiliencia de Edelmira Aristizábal, la pintora que transformó su vida a través del arte, fue contada en el programa No es cuento de Teleantioquia.

Desde los 5 años, Edelmira Aristizábal, conocida en el mundo del arte como Miriam, descubrió que el destino tenía para ella un camino inesperado. Criada en un entorno de dificultades económicas, su infancia estuvo marcada por la responsabilidad de cuidar a sus hermanos y buscar formas de subsistencia en la calle. Sin embargo, un encuentro fortuito con un grupo de pintores ambulantes cambió su vida para siempre.

La vida de Miriam cambió a sus 5 años:

Un día, en el parque de Pereira donde vivía, Miriam observó a un grupo de pintores y, con la curiosidad propia de la niñez, se acercó a preguntar si podían enseñarle. Uno de los artistas accedió y, al notar la precisión y el trazo fino de la niña, la invitó a unirse a su grupo de pintores viajeros que recorrían Colombia creando y vendiendo arte. Así comenzó su viaje por diferentes municipios del país, desarrollando una técnica que la distingue hasta hoy.

Sin embargo, la aventura que parecía un sueño tuvo su lado más oscuro. Su maestro prometió a su madre que cada tres meses la llevaría de regreso a Pereira para verla, pero esa promesa nunca se cumplió. A pesar de sus constantes súplicas, Miriam pasó años sin poder reencontrarse con su familia. Cuando finalmente logró que la llevaran a su hogar, fue a cambio de pintar y vender una obra de Adán y Eva. Pero la visita fue breve y aquella fue la última vez que vio a su madre.

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Durante su recorrido, también perdió su nombre. Aunque estuvo de acuerdo con llamarse Miriam, quiso firmar sus obras como «Miriam Aristizábal» para mantener parte de su identidad. Sin embargo, su maestro le prohibió usar su apellido y le impuso firmar sus creaciones como «Miriam López», argumentando que él era el profesor y tenía la autoridad sobre su identidad artística.

Una vida llena de resiliencia:

A pesar de los desafíos de su vida, Miriam se describe como una mujer optimista que no deja que la tristeza entre en su corazón. Se siente orgullosa de su trayectoria y de haber sacado adelante a sus hijos, demostrando que su vida, que según ella comenzó al revés, logró enderezarse con esfuerzo y pasión.

Hoy, con 64 años, Miriam expone y vende sus coloridas obras en el mercado de San Alejo, en Medellín. En sus pinturas, captura las costumbres, los paisajes y la esencia de los lugares que ha recorrido en su vida. Para ella, el arte no solo es una forma de expresión, sino también un refugio.

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Las historias extraordinarias de Antioquia tienen un espacio en No es Cuento, el programa de Teleantioquia donde Natalia Soto recorre los pueblos y veredas del departamento en busca de relatos únicos que han pasado de generación en generación. En este episodio, la historia de Miriam es una de esas joyas ocultas que merecen ser contadas y la puedes ver aquí: