Las silletas no solo son el orgullo de tres hermanitos que viven en una vereda de Santa Elena. Para uno de ellos, sirvieron también como recurso para comprar el instrumento que hoy les permite disfrutar de otra de sus grandes pasiones: la música.
Las silletas no solo son el orgullo de tres hermanitos que viven en una vereda de Santa Elena. Para uno de ellos, sirvieron también como recurso para comprar el instrumento que hoy les permite disfrutar de otra de sus grandes pasiones: la música.