Mandatarios dicen que no cuentan con recursos para reabastecimiento. Paro armado deja a una mujer y dos bebés muertos.

Nóvita es uno de los cinco municipios afectados con el confinamiento provocado por el paro armado del ELN. Foto: Google Maps

Los cinco días de tregua que dio el ELN para que las autoridades del Chocó abastezcan con alimentos y medicamentos a las más de 50.000 personas confinadas no bastarán. No porque no quieran, es que no pueden.

No contamos con la infraestructura ni los recursos que se necesitan para llegar a las comunidades que ya no tienen alimentos. Necesitamos la ayuda del Gobierno Nacional, de los empresarios. Ayúdennos con alimentos no perecederos, con medicamentos. Hay mucha gente que está sufriendo”, pidió el alcalde Istmina, Jaison Mosquera Sánchez.

De acuerdo con el mandatario, con esta, es la sexta vez que la guerrilla los obliga a confinamientos o genera desplazamientos que deben ser atendidos con el poco erario público del pueblo, lo que tiene al municipio al borde del colapso presupuestal.

Tenemos un presidente que se ha dedicado a tratar de resolver los problemas de otros países. Yo lo invito a que nos ayude a resolver los problemas del Chocó”, añadió.

Para atender la emergencia, el alcalde del municipio de Nóvita, Alberto Rivas, se vio obligado a acudir al Programa Mundial de Alimentos con los que, el próximo martes 20 de agosto —al límite del tiempo otorgado por el ELN—, ingresarán a las comunidades confinadas para prestar ayuda humanitaria y servicios de salud.

Lo único que siento es preocupación y a la vez impotencia. Hace muchos años vivimos esta situación y la verdad nos sentimos olvidados por el Estado”, expresó Rivas.

Una mujer y dos bebés muertos

Las restricciones impuestas por el paro armado del ELN dejan, hasta el momento, tres muertos, entre ellos dos bebés.

El primer caso se presentó en el sector de San Cristóbal de Istmina donde una niña de 16 meses de nacida, en alto grado de desnutrición, murió sin poder ser trasladada para que recibiera atención médica pues su familia no pudo salir de su vivienda hacia la cabecera urbana.

El segundo caso ocurrió en el municipio del Litoral de San Juan donde una mujer en embarazo y su bebé perdieron la vida. Esto porque en la localidad no había combustible para llevarla al centro asistencial.

Además, muchas de esas comunidades ya sufren por el desabastecimiento de alimentos y medicamentos, lo que podría agudizar la crisis humanitaria.

Ante la delicada situación, el obispo electo de la Diócesis de Quibdó, Wiston Mosquera Moreno, rechazó contundentemente el paro armado y las muertes que este ha ocasionado.

«Quiero manifestar mi voz de protesta por este paro armado que el ELN ha decretado en la región del Litoral de San Juan por el cual tantas personas, ahora, se encuentran confinadas y, lo que es peor, vidas que se están perdiendo», expresó el obispo.

Por su parte, el Ejército Nacional anunció que ya inició las operaciones instalando centros de mando en cada una de las zonas urbanas de los municipios Nóvita, Istmina, Medio San Juan, Sipí y Litoral del San Juan, que son los más afectados con este paro armado indefinido.

Además, desplegaron un gigantezco operativo que incluye la movilización de 5.000 efectivos y varios helicópteros con los que se tendría planeado bombardear sitios estrátegicos tomados por ELN y, de esa manera, retomar el control del territorio que se disputan esa guerrilla y el Clan del Golfo que, en últimas, es la principal razón de este bloqueo ilegal.

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