En Sabaletas, corregimiento de Montebello, los habitantes afirman que no permitirán el entierro de sus muertos en bóvedas de cemento, pues durante siglos los han sepultado en tierra como tradición ancestral.
“Que el alma se quede en la tierra”, es la petición de los habitantes de Sabaletas, corregimiento de Montebello. Y es que por siglos se han sepultado sus muertos en tierra, algunos dentro de la primera capilla doctrinaria de Antioquia, construida en esta población, otros en un lote de terreno donado por un habitante del caserío.
Félix Antonio Villada Arenas, habitante de Sabaletas, expresó el deseo de su familia: “Es lo que nosotros queremos, Alma dice que cuando ella se muera, que la dejen en Sabaletas, que la entierre para siempre”.
Pero una decisión de los Diócesis de Caldas de construir varias bóvedas de cemento, para continuar con los sepelios, ha generado malestar entre los habitantes del corregimiento, pues afirman que no abandonarán la tradición ancestral, que evita que sus restos sean exhumados después de ser sepultados en la tierra.
El párroco de la localidad, Arcángel Betancur Diez, afirma que la propuesta aún se encuentra en estudio y que se dio por el poco espacio en los terrenos de este Campo Santo:
“Prácticamente ya hay que escriturar ese terreno, ellos tienen que pensar que, si quieren tener a ese ser querido, otros también lo quieren tener, pero no va a haber el espacio”.
Esta situación se registra a pesar de que no existe normatividad que obligue a los ciudadanos a enterrar los difuntos en bóvedas de cemento.