El relato de dos hermanas paisas unidas por una misma pasión: el oficio de montar llantas. Aquí te contamos su historia como mujeres montallantas.

El relato de dos hermanas paisas unidas por una misma pasión: el oficio de montar llantas. Aquí te contamos su historia como mujeres montallantas.Sandra y Luciana Tabares. Foto: Teleantioquia

Luciana y Sandra son dos mujeres verracas, nacidas en Sonsón, Antioquia, que llegaron a Medellín a los 4 años de la mano de sus padres. Estas hermanas tienen una afición en común desde hace 40 años: para ellas no hay mayor disfrute y alegría que trabajar en su taller montallantas.

Provienen de una familia muy matriarcal y numerosa, siendo en total nueve hermanas. A su padre, Don Raúl Elías Tabares, lo recuerdan como un buen padre, un hombre familiar, muy amiguero, honesto y transparente. A su madre como una mujer entregada a sus hijas y honrada.

La herencia de sus padres: el taller montallantas

Ellas dos son el legado de sus padres, día tras día llevan en alto los valores de ellos; la honestidad, la transparencia, la constancia y el amor al empleo. El taller montallantas hace parte de eso. 

Luciana y Sandra empezaron a trabajar en el taller junto a su padre, quien montó el montallantas en 1974, y se quedaron. Aunque al principio fue duro y en el presente hay algunas acciones que requieren mucha fuerza, las dos agradecen a sus padres todos los días por haberles enseñado este arte, a ser buenas trabajadoras y buenas personas.

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Rompiendo estereotipos

Sandra afirma que las mujeres son la cabeza de todo por su responsabilidad, confiabilidad y berraquera. “Se dice que este trabajo es muy masculino, nosotras no hemos perdido nuestra feminidad, eso si nunca. Creo, que sin desmeritar los hombres, lo hacemos mejor que ellos”, asegura Sandra. 

Asimismo, Luciana asegura que las mujeres pueden con todo lo que se proponen y que todo está en la mente, por eso hay que decirse a sí misma: “Sí puedo”. “Lo que más me gusta de este trabajo es hacer lo que me apasiona, ser montallantas” dijo Luciana, además de conversar con sus clientes; lo que por su amabilidad, atención y empatía han permitido que se mantengan en el tiempo.

La máquina con la que trabajan lleva 60 años y ellas dicen que en las máquinas también viven sus papás; su madre representa la máquina y su padre el motor del compresor.

A pesar de la inteligencia y el esfuerzo, solo una de cada tres mujeres en Antioquia tiene un trabajo remunerado, teniendo todavía una amplia brecha, sin embargo, cada día las mujeres toman más fuerza en todos los campos. Además estás dos mujeres en su quehacer rompen muchos estereotipos impuestos por la sociedad.

El nombre del negocio, confirmó Luciana, se lo pusieron sus primeros clientes; el taller “Montallantas Las Monas” está ubicado en el sector de Manila y el horario de atención de lunes a viernes es de 7:00 a. m. hasta las 7:00 p. m., domingos y festivos de 9:30 a. m. hasta las 4:00 p.m. El lugar se destaca por su atención, trabajo bien hecho y honestidad.

Sin duda, esta historia es una pequeña muestra de que el género femenino cada día permea más esferas del mundo.

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