Medellín avanza hacia un futuro libre de la apología al narcotráfico. Un proyecto de ley recientemente presentado en el Congreso de la República busca erradicar la glorificación de figuras como Pablo Escobar, cuyo legado de violencia y muerte aún persiste en la memoria colectiva y en algunas áreas turísticas de la ciudad.

El ponente del proyecto sostiene que la exaltación de la narcocultura atrae a turistas interesados solo en el pasado oscuro del país, sin considerar su transformación. Medellín, conocida por ser el epicentro de la violencia en los años 80 y 90, ha comenzado a dar pasos firmes para desvincularse de este estigma.

“Nosotros no nos sentimos representados por el narcotráfico, mucho menos por Pablo Escobar”, comentó David Pineda, un vendedor de Provenza. “Pablo Escobar sembró muerte, sembró terror en los años 80 y 90, por eso es necesario mostrarle al mundo lo que realmente nos representa: nuestra cultura, nuestro arte”, afirmó Pineda.

El proyecto no solo busca frenar la venta de productos relacionados con el narcotráfico, como las populares camisetas con la imagen del capo, sino que también propone medidas para apoyar a los comerciantes en la transición hacia un turismo más saludable y positivo. Según un guía turístico de la Comuna 13, el desafío radica en ofrecer alternativas comerciales que sean rentables, pero que también estén alineadas con la identidad cultural de la ciudad.

Por su parte, el representante a la Cámara, Cristian Avendaño Fino, resaltó que el país cuenta con una rica biodiversidad, una cultura vibrante y artistas que deben ser los nuevos referentes de Colombia. “Tenemos una oportunidad única para cambiar el rumbo y dejar atrás ese pasado oscuro”, expresó.

El proyecto busca, además, promover el reconocimiento de figuras positivas y dejar de exaltar a aquellos que, como Escobar, representaron el lado más sombrío de la historia del país. En este contexto, la ley pretende generar un movimiento económico dinámico centrado en la riqueza cultural y natural que caracteriza a Colombia.

Medellín se encuentra, así, ante un reto crucial para transformar su imagen a nivel mundial, apostando por una identidad que celebre el arte, la cultura y la paz. Con este nuevo proyecto de ley, la ciudad comienza a escribir una nueva página en su historia.