El santandereano Luís José Rueda Aparicio, nombrado cardenal por el papa Francisco el 30 de septiembre de 2023 en el atrio de la Plaza de San Pedro en Roma, tendría posibilidades de ser papa en caso de un nuevo cónclave.
Luis José Rueda Aparicio. Tomado de Cristovisión
Tras el estado delicado y crítico de salud del papa, se ha hablado de la posibilidad de un nuevo cónclave. Se han destacado algunas personalidades de Italia y otros países, sin embargo, es importante saber que Colombia también tiene representación.
Actualmente, el país tiene tres cardenales: Rubén Salazar Gómez, Jorge Enrique Jiménez Carvajal y Luis José Rueda Aparicio. Sin embargo, los dos primeros, al superar los 80 años, no pueden participar en la votación ni ser elegidos. Esto deja a Rueda Aparicio como el único colombiano con posibilidades de aspirar al papado.
¿Quién es Luis José Aparicio?
Nació en San Gil, Santander, el 3 de marzo de 1962 (61 años) en una familia religiosa. En 1983 inició sus estudios en Filosofía en el Seminario Conciliar San Carlos de San Gil.
Después, empezó a estudiar Teología en el Seminario Arquidiocesano de Bucaramanga, desde 1986 hasta 1989, cuando se ordenó como sacerdote. Más tarde, realizó estudios de especialización en la Academia Alfonsiana de Roma, de septiembre de 1992 a julio de 1994, allí obtuvo el título de Licenciado en Teología Moral.
Años después, fue nombrado obispo de Montelíbano, Córdoba, el 2 de febrero de 2012 por el pontífice Benedicto XVI. Luego, fue nombrado, por el Santo Padre Francisco, arzobispo de Popayán el 18 de mayo de 2018, arzobispo metropolitano de Bogotá el 25 de abril de 2020 y, finalmente, cardenal el 30 de septiembre de 2023.
El 29 de junio 2018 recibió de manos del papa Francisco el Palio Arzobispal, distintivo de los arzobispos, durante la celebración de la Solemnidad de San Pedro y San Pablo en Roma.
También puede leer: Estos serían los posibles candidatos que podrían convertirse en el sucesor del Papa Francisco
Último parte médico del Papa:
El Papa Francisco ha mostrado una leve mejoría en su estado de salud, según el último informe de la Oficina de Prensa de la Santa Sede. No se han registrado nuevas crisis respiratorias, y algunas pruebas médicas reflejan signos positivos en su recuperación. Aunque sigue recibiendo oxigenoterapia, el flujo ha sido reducido, lo que indica una evolución favorable.
La insuficiencia renal leve que padece no es motivo de preocupación, según el equipo médico que lo atiende. A pesar de su estado delicado, el Pontífice ha retomado algunas de sus actividades, como recibir la Eucaristía en la mañana y continuar con su trabajo en la tarde.
Sin embargo, los médicos mantienen la cautela debido a la complejidad de su cuadro clínico y aún no han dado un pronóstico definitivo sobre su evolución. El Santo Padre sigue hospitalizado en el Policlínico Gemelli desde el pasado 14 de febrero.