La culebrilla o herpes zóster, es una enfermedad viral que afecta a una de cada cinco personas mayores de 65 años.
Imagen tomada de: MGC Mutua
La culebrilla o herpes zóster se trata de la reactivación del virus de la varicela, el cual permanece latente en el cuerpo después de haber padecido esta enfermedad. Las personas más propensas a desarrollar culebrilla son aquellas con un sistema inmunológico debilitado, como adultos mayores, pacientes con enfermedades crónicas como diabetes o cáncer y personas que han recibido trasplantes de órganos. Además, el estrés prolongado y la falta de descanso pueden contribuir a la reactivación del virus. Aunque cualquiera que haya tenido varicela está en riesgo, la probabilidad aumenta con la edad, siendo más común en personas mayores de 50 años.
Hablamos con la doctora Paula Andrea Valencia, infectóloga del Hospital San Vicente Fundación Medellín, quien nos explicó algunos puntos clave sobre esta afección:
¿Qué causa la culebrilla?
La culebrilla es provocada por el virus varicela zóster, el mismo que causa la varicela. Aunque el cuerpo logra controlar la infección tras la varicela, el virus permanece inactivo en los nervios y puede reactivarse años o incluso décadas después, generalmente debido a una disminución de las defensas del organismo.
Síntomas de la culebrilla
Los síntomas más comunes incluyen:
- Dolor, picazón, ardor o cosquilleo en una zona del cuerpo días antes de la aparición del sarpullido.
- Brote de ampollas en el tronco, la cabeza o la espalda las cuales evolucionan a costras entre 7 y 10 días.
- Sensación de dolor quemante que puede ser intenso y discapacitante.
- Otros síntomas como fiebre, dolores de cabeza, escalofríos y malestar estomacal.
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Complicaciones y prevención
Uno de los problemas más frecuentes de las culebrilla, de acuerdo con la doctora Valencia, es el dolor neuropático, que puede durar semanas, meses o incluso años después de la enfermedad. Además, la infección de las heridas es otra posible complicación.
Para reducir el riesgo de complicaciones, es fundamental acudir al médico ante los primeros síntomas. Un tratamiento temprano puede acortar la duración de la enfermedad y minimizar su dolor.
¿La culebrilla es contagiosa?
La culebrilla en sí no se transmite, pero las personas con brotes activos pueden contagiar el virus de varicela-zóster a alguien que nunca haya tenido varicela ni esté vacunado, lo que podría provocar un caso de varicela en esa persona.
Para evitarlo, es importante cubrir las lesiones y evitar el contacto directo con personas vulnerables como mujeres embarazadas, bebés o personas que tengan las defensas bajas.
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La culebrilla es una enfermedad frecuente que podría tratarse con éxito si se detecta a tiempo, pon atención a los síntomas y consulta al médico para recibir un tratamiento adecuado.