Un caso inédito en Colombia: un abogado demandó a la cofradía de las ánimas y logró escriturar un templo.

Concepción, Antioquia. Foto: Teleantioquia

En Antioquia, entre sus montañas y pueblos llenos de tradiciones, surgen historias que parecen imposibles. Una de ellas tuvo lugar en Concepción, donde la comunidad protagonizó un insólito caso legal: una demanda contra las ánimas benditas para definir la propiedad de su templo.

El programa No es cuento de Teleantioquia se adentró en esta historia, mostrando cómo el abogado Ramón Alcides Valencia Aguilar lideró un proceso judicial sin precedentes, cuyo fallo terminó por consolidar la propiedad del templo para la parroquia de la Inmaculada Concepción.

El origen de la disputa:

Todo comenzó en el siglo XIX, cuando Nepomucena Osorio, una devota mujer, donó un terreno para la construcción de la Iglesia Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción en Concepción. Más de 150 años después, en 2011, el párroco Humberto Hincapié solicitó ayuda al Ministerio de Cultura para restaurar el templo, que ya mostraba signos de deterioro.

El problema surgió porque el templo no tenía escrituras oficiales. Según los registros, la propiedad pertenecía a “la cofradía de las ánimas» y  a “nuestro amo”, lo que generaba un obstáculo legal para gestionar cualquier tipo de inversión estatal en su restauración.

La demanda a las ánimas:

Fue entonces cuando Ramón Alcides Valencia Aguilar, abogado del pueblo, decidió interponer una demanda para regularizar la propiedad del templo. Argumentó que, dado que las ánimas benditas no podían comparecer ante la justicia, el bien debía pasar a manos de la parroquia de la Inmaculada Concepción, la comunidad que lo había cuidado por generaciones.

El 26 de junio de 2011, un aviso judicial apareció en la sección de edictos del periódico El Colombiano, donde se notificaba que la cofradía de las ánimas y «nuestro amo» debían comparecer dentro de los 15 días siguientes, o de lo contrario, se les asignaría un abogado para continuar con el proceso. Como era de esperarse, nadie se presentó para identificarse como representante de la cofradía ni de «nuestro amo», lo que permitió que el proceso judicial continuara su curso

Entre los testigos clave del proceso estuvo el relojero del templo, quien certificó la historia y el uso continuo del recinto religioso por parte de la comunidad y la parroquia. Con estos testimonios y documentos, el caso avanzó hasta que el 28 de septiembre de 2012, el templo fue oficialmente escriturado a nombre de la parroquia.

Un fallo histórico:

El dictamen de este peculiar proceso legal sentó un precedente en Colombia, demostrando que incluso una entidad inmaterial como las ánimas benditas podía ser parte de un litigio. Con el fallo a favor de la parroquia, la comunidad de Concepción aseguró la conservación y restauración de su templo, un símbolo de su identidad y devoción.

Esta historia, narrada por los mismos habitantes del pueblo en No es cuento, refleja la riqueza cultural y las anécdotas sorprendentes que se esconden en las regiones de Antioquia.

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