En veredas y pueblos de Antioquia, el fogón de leña sigue siendo una «reliquia» hecha a mano cargado de memorias.
Foto propia
En las cocinas rurales de Antioquia, el fogón de leña se consideró un elemento central, no solo para la preparación de alimentos, sino también como un espacio de reunión y transmisión de saberes ancestrales. Este tipo de fogón, construido conjuntamente con barro, piedras y ladrillos, fue utilizado por generaciones para cocinar platos tradicionales como el sancocho, las arepas, la aguapanela y el tinto.
Sin embargo, el uso de fogones tradicionales también plantea desafíos ambientales y de salud. El consumo de leña en estos fogones contribuye a la emisión de carbono, y la exposición al humo puede afectar la salud respiratoria de quienes cocinan. Por ello, se han promovido iniciativas para la instalación de estufas ecoeficientes en zonas rurales, buscando reducir el impacto ambiental y mejorar la calidad de vida de las comunidades.
Efectos del humo de leña en la salud y el medioambiente
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que la contaminación del aire en el hogar por este tipo de fogones puede provocar derrames cerebrales, enfermedades del corazón, problemas respiratorios crónicos y hasta cáncer de pulmón. Las partículas finas que provienen del humo de leña pueden generar enfermedades como bronquitis, desencadenar ataques de asma, provocar insuficiencia cardiaca y demás sintomas que pueden afectar la calidad de vida de las personas.
Según una Encuesta de Calidad de Vida del DANE en 2021, todavía hay muchas familias que cocinan con leña, madera o carbón. Esto pasa sobre todo en las zonas rurales más alejadas, donde lo hace el 27,8 % de los hogares colombianos. Y de acuerdo con la OMS, en julio de 2022, unas 2.600 millones de personas en el mundo todavía cocinaban con fogones abiertos usando leña, carbón, estiércol y otros combustibles sólidos.
En lo que respecta al medio ambiente, cuando se quema leña, se produce humo y se liberan emisiones dañinas como monóxido de carbono, particulas pequeñas (PM2.5) y otros químicos tóxicos que contaminan el aire de los hogares.
Un símbolo de identidad cultural
A pesar de los desafíos y de las campañas de concientización que se han impulsado para reducir este tipo de prácticas, en los hogares antioqueños el fogón de leña sigue siendo mucho más que un simple artefacto. Evoca recuerdos de infancia, de reuniones familiares y de ese sabor único que solo se logra con la comida cocinada a fuego lento.
Para muchos, sigue siendo una «reliquia» hecha a mano, porque nunca fue solo barro o un simple fogón: fue tradición, herencia y cultura. Su presencia en las cocinas rurales es un recordatorio del valor de preservar las raíces que nos conectan con nuestra historia. Por eso, incluso hoy, en muchos hogares del campo aún puede verse, en algún rinconcito, ese viejo fogón de barro, tal vez ya en desuso, pero cargado de memorias.