Los enfrentamientos entre bandas delincuenciales han hecho que el comercio pare actividades muy temprano, según indica la comunidad. Las autoridades tienen los ojos puestos en la estructura los Joaquinillos.
Los enfrentamientos entre bandas delincuenciales en una zona del corregimiento de Altavista y en la parte alta de la comuna Belén, de Medellín, han hecho que muchos de sus habitantes y comerciantes se hayan visto obligados a encerrarse en sus casas o cerrar sus negocios a primeras horas de la noche, en una especie de toque de queda.
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La comunidad del barrio Las Violetas reconoce que hay alteración de orden público y que se han sentido intimidada. Aseguran que detrás están bandas delincuenciales que operan en la zona.
«Los negocios los cierran a las 6:00 de la tarde, a las 7:00 de la noche; negocios que cerraban a las 12:00, los billares. Eso es una gente de una guerra, la gente que vive en guerra es de los Pájaros, los Chivos y los Joaquinillos. ¡Quién sabe si alguno salió de la cárcel y quiere coger todo!», dijo uno de los habitantes, que fue consultado por Teleantioquia Noticias.
Reacción de las autoridades por enfrentamientos entre bandas delincuenciales
Las autoridades advirtieron que tienen conocimiento de esta situación, por lo que fue reforzada la seguridad con mayor presencia de fuerza pública. Sin embargo, desde la Administración aseguran que no hay toque de queda.
«Hay una confrontación interna entre miembros de una estructura criminal que delinque en esta zona, conocida como los Joaquinillos», expresó el general William Castaño, comandante de la Policía Metropolitana. «Hay que indicarle a la comunidad que se sienta tranquila. Estamos trabajando en un proceso investigativo», añadió el oficial.
«Sabemos que hay retos y no los vamos a desconocer, pero el toque de queda no es cierto. A la ciudadanía le comunicamos que vamos detrás de alias Milton y de alias Pipesito, 2 bandidos pertenecientes a esta estructura de los Joaquinillos», mencionó Manuel Villa, secretario de Seguridad de Medellín.
Mapa delincuencial en Altavista y la zona alta de Belén
El corregimiento de Altavista y las zonas limítrofes de la comuna Belén, en Medellín, llevan más de 3 décadas padeciendo por el accionar de organizaciones delincuenciales. En los 90 hubo presencia de milicias urbanas, a inicios del siglo 21 el terror lo sembraron las autodefensas y en los últimos años la presencia ha sido de bandas que se originaron en el territorio y de facciones del Clan del Golfo.
En la actualidad, la injerencia delictiva es de una estructura conocida como los Joaquinillos, que delinque en sectores como Belén Rincón, La Capilla, el Ñeque y el Manzanillo (ver mapa). Sin embargo, habría extendido su accionar, a través de corredores rurales, hasta uno de los barrios de la parte alta de Belén, las Violetas. Es allí donde hay tensión y zozobra por rencillas entre miembros de esa banda, según reconocen las autoridades y denuncia la comunidad.
La zona rural de Altavista es un corredor estratégico para movilizar armas y drogas, además de tener conexión con el Occidente del departamento.
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El otro territorio con presencia delincuencial es la zona media de Altavista, donde operan 3 facciones. En la parte baja del corregimiento, en Zafra y en Buenavista están los Pájaros; en un sector llamado Mano de Dios, hay presencia del Clan del Golfo, mientras que en la centralidad y sitios como la Esperanza, Buga y La Perla delinquen los Chivos. Sin embargo, estas 3 estructuras no estarían teniendo influencia en la alteración de orden público que se ha vivido recientemente.