En Sabaneta, un pequeño municipio del sur del Valle de Aburrá, la comunidad comercial se encuentra en una situación crítica debido a un proceso de desalojo que afecta a varios negocios establecidos en el Parque de Sabaneta. Los comerciantes, quienes han arrendado estos locales durante más de 15 años, enfrentan la obligación de desocupar los predios municipales antes del 30 de diciembre de este año. Sin embargo, solicitan a la alcaldía que se inicien negociaciones justas que protejan sus derechos y garanticen la continuidad de sus actividades comerciales.

La preocupación de los comerciantes es palpable, ya que alrededor de 50 empleados dependen directamente de estos negocios. Algunos de estos comerciantes han operado en la zona durante más de 14 años, creando un lazo significativo tanto con sus clientes como con la comunidad. “No nos estamos negando a desocupar, pero estamos luchando por nuestros derechos. No es justo que nos saquen a la brava”, expresó uno de los afectados.

El proceso de desalojo fue iniciado por la administración anterior y ha generado un ambiente de incertidumbre y descontento entre los comerciantes. La situación es compleja, ya que involucra tanto a los antiguos propietarios de los predios como a los arrendatarios actuales. Las autoridades locales han indicado que el caso deberá ser resuelto por un juez, complicando aún más el panorama para quienes dependen de sus negocios para vivir.

Los comerciantes han denunciado lo que consideran arbitrariedades por parte de la administración municipal. Argumentan que no solo se les está vulnerando sus derechos, sino que además se les está tratando como si no tuvieran un historial en la zona. “La alcaldía actual no es la propietaria de los locales; el propietario anterior es quien debería dar la cara y resolver esta situación”, señala otro comerciante, resaltando la confusión generada por el cambio de administración.

El alcalde de Sabaneta ha declarado que están dispuestos a dialogar, pero hasta ahora no ha habido avances concretos.

Además, la situación ha despertado un sentido de solidaridad entre los comerciantes y la comunidad. Se han organizado protestas pacíficas para visibilizar su lucha y pedir apoyo a la alcaldía para encontrar una solución equitativa.