Colombia enfrenta una crisis energética que podría tener repercusiones en el suministro eléctrico a nivel nacional para el resto del año 2024.

Embalses alcanzan niveles críticos
Embalses alcanzan niveles críticos

Los embalses, que son la fuente clave para la generación de energía hidroeléctrica, alcanzaron sus niveles más bajos en los últimos 20 años. Esta situación crítica, causada por el fenómeno de El Niño y la falta de lluvias, ha despertado alarmas en todo el país, poniendo en riesgo la estabilidad del Sistema Interconectado Nacional (SIN). 

A pesar de contar con una matriz energética diversificada que incluye energía térmica y renovable, el bajo nivel de los embalses pone en jaque el suministro para los próximos meses. 

Expertos advierten que, si las condiciones climáticas no mejoran en los próximos meses de octubre y noviembre, el país podría enfrentar una crisis energética en 2024. El operador del sistema, XM, ha llamado a la ciudadanía a hacer un uso responsable de la energía y ha instado a tomar medidas inmediatas para evitar que la situación empeore. 

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Según datos de XM, los aportes hídricos han estado por debajo de la media histórica desde julio de 2024, alcanzando niveles críticos en agosto y septiembre. 

Los embalses, que en julio habían alcanzado un 60% de su capacidad, han experimentado una caída sostenida, ubicándose por debajo del mínimo establecido por la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg). 

Esta situación genera preocupación, ya que los embalses son esenciales para la generación hidroeléctrica, que representa una gran parte de la energía en el país.

El fenómeno de El Niño ha jugado un papel clave en la reducción de las lluvias, y aunque las predicciones apuntaban a la llegada de La Niña, que traería más precipitaciones, esta transición ha sido más lenta de lo esperado. 

Como resultado, Colombia podría enfrentarse a una grave crisis hídrica y energética si no se toman medidas inmediatas. Juan Carlos Morales, gerente del Centro Nacional de Despacho, ha enfatizado la importancia de aumentar la generación térmica y reducir el consumo energético para evitar un escenario crítico en 2025. 

El gobierno y las entidades responsables siguen monitoreando de cerca la situación, mientras que se busca garantizar un suministro eléctrico estable. No muy lejos tenemos apagones en Venezuela y apagones en Ecuador.

¿Cómo nos afecta?

Además de lo obvio, el riesgo energético puede manifestarse en forma de escasez de energía, aumento de costos o interrupciones en el suministro, afecta directamente a diversas industrias y servicios críticos. 

La falta de energía suficiente o accesible no sólo ralentiza la producción, sino que también incrementa los costos operativos, lo que impacta negativamente en el precio de productos y servicios para los consumidores. Esto, a su vez, puede generar una crisis económica en sectores clave:

  • Producción de alimentos, riego, sistemas de almacenamiento.
  • Combustibles, transporte público, aviación.
  • Internet, servidores, centros de datos.
  • Hospitales, equipos médicos, refrigeración de medicamentos.
  • Materiales de construcción, maquinaria pesada.
  • Extracción de minerales, metales y petróleo.
  • Operación de tiendas, cadena de suministro.
  • Agua potable, electricidad, tratamiento de residuos.

Sin embargo, la situación también presenta desafíos importantes. El nivel de los embalses es alarmantemente bajo, y si las condiciones climáticas no mejoran, Colombia podría enfrentar un déficit energético en 2024 que se extendería hasta el 2025. 

La dependencia de la generación hidroeléctrica sigue siendo significativa, y la falta de lluvias podría empeorar aún más la capacidad de recuperación de los embalses.

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Imágenes Pixabay