Un escalofriante caso de abuso sexual en Francia le ha dado la vuelta al mundo, revelando lo que una mujer sufrió a manos de su propio esposo.

Frente a 51 hombres, Gisèle P., acompañada por sus tres hijos y abogados, enfrenta las audiencias de abusos que nunca pudo recordar. Foto tomada de: reporteindigo.com

Frente a 51 hombres, Gisèle P., acompañada por sus tres hijos y abogados, enfrenta las audiencias de abusos que nunca pudo recordar. Foto tomada de: reporteindigo.com 

Uno de los juicios más grandes por abuso sexual en la historia de Francia es el de Gisèle Pelicot, una mujer que fue drogada por su exmarido durante más de una década para ser violada por desconocidos. Dominique Pélicot, su esposo, fue arrestado en 2020 tras ser descubierto grabando inapropiadamente a mujeres en un espacio público. Al ser detenido, la policía encontró miles de fotos y videos de violaciones que él había organizado en su propio hogar.

Las violaciones ocurrieron mientras Gisèle estaba inconsciente, siendo abusada por decenas de hombres. Fue entonces, a sus 68 años, cuando Gisèle se enteró del horror que había sufrido durante años, todo siendo organizado por su pareja con quien compartió 50 años de matrimonio. La policía contabilizó al menos 90 violaciones y 72 hombres involucrados de los cuales han identificado 51 que han sido arrestados y están enfrentando juicios, con posibles condenas de hasta 20 años por violación agravada.

Dominique, ahora de 71 años, admitió haber drogado a su esposa con fuertes tranquilizantes y haber organizado encuentros a través de chats para que otros hombres abusaran de ella. Las violaciones comenzaron en 2011 cuando vivían en Mazan, un pueblo cerca de París.

Gisèle, quien hoy tiene 72 años, decidió enfrentarse a los 51 hombres que fueron identificados, desafiando la cultura del silencio propia de los casos de abuso sexual, donde las mujeres prefieren mantener en el anonimato. Este miércoles asistió al tribunal de Aviñón, acompañada de sus tres hijos y sus abogados, mientras que frente a ella, en el banquillo de los acusados, estaba su esposo Dominique, con una actitud fría y desafiante, mientras estaba acompañado del resto de hombres. 

Además de estos crímenes, Dominique también enfrenta cargos por asesinato y violación en 1991, en el cual niega su participación, y por un intento de violación en 1999, del que sí admitió su culpa tras una prueba de ADN. El juez presidente, Roger Arata, ha anunciado que todas las audiencias serán públicas, cumpliendo con el deseo de Gisèle de que el caso sea «plenamente publicitado hasta el final», según su abogado Stephen Babono.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *