En el Concejo se realizó un debate de control político sobre procesos de mantenimiento en el metro de Medellín. La empresa de transporte masivo defiende su historial de seguridad y gestión técnica.

El concejal José Luis Marín planteó varios cuestionamientos al Metro de Medellín, especialmente sobre los procesos de mantenimiento. El corporado expresó sus inquietudes sobre el uso de piezas homologadas que anteriormente se adquirían de fabricantes extranjeros y que ahora son producidas en Colombia.

Marín también señaló el cambio en la modalidad de mantenimiento, que ha pasado de ser realizado por empleados internos del sistema a ser subcontratado a empresas externas. Según él, estas carecen de la experiencia necesaria. Además, resaltó el impacto en la accesibilidad del servicio.

De otra parte, el concejal Sebastián López defendió la gestión de la empresa Metro. El representante del Centro Democrático subrayó que el sistema de transporte ha operado con seriedad y eficiencia durante 30 años de existencia.

También argumentó que, aunque es importante que la Gerencia del Metro ofrezca explicaciones sobre los recientes cambios, no hay duda de la solidez técnica y operativa del sistema en su conjunto.

¿Qué dice el Metro de Medellín?

Según el informe presentado por el Metro de Medellín en el debate realzado en el Concejo este lunes, 18 de noviembre, el déficit de 313 mil millones de pesos que tiene la entidad luego de pandemia, no ha tenido una injerencia directa en la inversión que se tiene para el mantenimiento y para la seguridad del sistema, que corresponde al 36 % del presupuesto operativo.

“Y posterior a la pandemia, también en algunos casos de afugias de caja de la organización, hemos tenido que movilizar las fechas de algunos mantenimientos que no afectan la seguridad del sistema, pero que sí pueden llegar a afectar la comodidad o la confiabilidad de el mismo”, explicó Tomas Elejalde, gerente de la entidad.

Los datos también reflejan que, a pesar de los recientes incidentes, como el accidente del Metrocable en Medellín, que cobró la vida de un hombre, el sistema mantiene una tasa de accidentalidad 6 veces menor que el sistema ferroviario de España. No obstante, el total de los hechos ocurridos en 2022 fueron los más altos en la historia del sistema.