Un estudio revela que la concentración de microplásticos en el cerebro ha aumentado en ocho años, superando a otros órganos.

El cerebro: el órgano más contaminado por microplásticos. Puede tener consecuencias en la saludFoto: Freepik

Los microplásticos han sido detectados en diversos órganos humanos, pero un reciente estudio publicado en Nature Medicine confirma que el cerebro es el más afectado. Investigadores analizaron muestras en autopsias y encontraron una concentración significativamente mayor de estas diminutas partículas en el tejido cerebral en comparación con otros órganos como el hígado y los riñones.

El estudio examinó 91 muestras de cerebro recolectadas entre 1997 y 2024 y reveló que la cantidad de microplásticos y nanoplásticos ha aumentado un 50% en los últimos ocho años. De 3.345 microgramos por gramo en 2016, la concentración pasó a 4.917 microgramos por gramo en 2024.

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Consecuencias potenciales en la salud humana

Aunque los efectos exactos de los microplásticos en el cerebro aún no están claros, los hallazgos han generado preocupación entre la comunidad científica. “Los resultados son significativos y preocupantes”, afirmó Raffaele Marfella, investigador de la Universidad de Campania «Luigi Vanvitelli» en Italia y coautor del estudio.

Los investigadores encontraron que aquellos cerebros con mayor acumulación de plástico presentaban un riesgo más elevado de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y muerte prematura. Se sospecha que estas partículas podrían influir en la comunicación neuronal y generar inflamación en el tejido cerebral, pero se requieren estudios adicionales para confirmar estas hipótesis.

Uno de los hallazgos más impactantes del estudio es que la barrera hematoencefálica, encargada de proteger el cerebro de sustancias tóxicas, no impide la infiltración de microplásticos. En las muestras analizadas, los investigadores descubrieron que estos fragmentos no se presentan como gránulos sólidos, sino como partículas afiladas similares a cuchillas.

El polietileno fue identificado como el plástico más común en el tejido cerebral. Este material es ampliamente utilizado en envases, bolsas y botellas, lo que sugiere una exposición constante y prolongada en la vida cotidiana.

Un problema en aumento

Los microplásticos se han infiltrado en el medio ambiente a un ritmo alarmante. Actualmente, se estima que hay más de 300 millones de toneladas de plástico en el mundo, con aproximadamente 2,5 millones de toneladas flotando en los océanos.

Los científicos buscan determinar si la acumulación de microplásticos en el cerebro tiene consecuencias a largo plazo en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson. Además, investigan si existe una relación entre estas partículas y el desarrollo de patologías cardiovasculares.

“El siguiente paso es comprender qué están haciendo estas partículas en el cerebro y cómo responde el cuerpo a ellas”, concluyen los expertos.

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