“El árbol raro” es un ejemplar único en su especie, endémico de Antioquia y sin registros en ninguna otra parte del mundo.
Licania Salicifolia Cuatrecasas, ubicado en el Parque de Comfama de Rionegro
Foto: Esteban Lara
Entre las concurridas vías de una ciudad transitada, para muchos de sus habitantes puede pasar de largo, lo cierto es que no deja de causar asombro, sobre todo, para los visitantes que se preguntan qué árbol es, debido a su magnitud y frondosidad.
Más conocido como el árbol raro, es el único ejemplar endémico en Antioquia, y no existe registro de su presencia en ningún otro lugar del mundo, se dice que lleva allí más de 500 años.
Después de los 10 años, el árbol crece 1,33 cm.
Foto: Esteban Lara
¿Por qué el árbol raro?
Su nombre científico es Licania Salicifolia Cuatrecasas, así fue registrado en la Universidad Nacional de Colombia, en la Universidad de Chicago y en el Smithsoniano (Centro de Educación e Investigación de Estados Unidos)
Más conocido como el ‘el árbol raro’, nombre que le pusieron los residentes de la zona a este único ejemplar endémico en Antioquia. En 1951, el taxónomo José Cuatrecasas realizó un estudio y recogió algunas muestras de este icónico árbol; las llevó a la Universidad de Chicago y confirmó que era único en su especie. Hoy en día, es patrimonio de Comfama.
Además de este extraordinario, pero fascinante hallazgo, hay una historia familiar.
Un legado
Este árbol fue un legado que dejó la familia Tobón Arbeláez, propietarios de la finca en su momento y quienes le encargaron el cuidado del árbol a Miguel Ángel Ortiz, quien llegó en 1972 a trabajar como jardinero.
Años más tarde, Comfama adquirió el predio bajo una condición que puso la familia Tobón: encargarse del cuidado y protección del árbol, labor que don Miguel desempeñó durante más de 20 años. “Con pasión, paciencia y perseverancia, mi padre,después de 18 años,logró sacar la primera reproducción,intentó con diversos métodos, y fue a través de las semillas que pudo sacar dos plántulas del árbol raro”. Expresa Jorge, hijo de Miguel Ángel.
En 1995, Miguel Ángel Ortiz murió y con él, días después, los dos ejemplares del árbol por falta de cuidados.
Ese mismo año, Jorge Ortiz, hijo de Miguel, ingresó a Comfama, con el objetivo de continuar la labor que desempeñó su padre durante muchos años. Misión que ha realizado durante los últimos 30 años “actualmente, sigo a cargo del cuidado y mantenimiento del árbol. “Me demoré 10 años en lograr nuevamente la reproducción de otro ejemplar. Lo cuidé en mi casa y luego lo transplanté en el corazón de Comfama, donde fue la casa de la familia Tobón” Esto lo hizo, dice “ en honor a los Tobón y, por supuesto, a mi padre”.
Para Jorge, esta labor también se ha convertido en su pasión y habla del tema con mucho amor. “Decir que uno está haciendo lo que él por tantos años quiso… me siento orgulloso de continuar trabajando con este, que para mi, es legado de familia”.
En el año 2024 el árbol botó 500 semillas.
Foto: Esteban Lara
Una especie en extinción
El árbol es endémico, es de la región. Además, es una especie que está en vía de extinción, desde 2022 pertenece a La Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de Especies.
A partir del año 2005 Jorge ha trabajado para reproducir sus semillas, la primera de ellas le tardó 10 años para sacar la primera plántula, la cual crece 1 centímetro por año.
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En los últimos años, Licania ha dado más semillas de las que daba tiempo atrás,»el año pasado botó 500 semillas, pero no todas son fértiles”, expresa Jorge.Tal vez, estos comportamientos se deban a que el árbol está llegando a su etapa terminal y sea un llamado que está haciendo la naturaleza para seguir cuidando y dispersando sus semillas, para proteger la especie.