Echar chisme en el trabajo es un mecanismo de conexión necesario y beneficioso para la salud mental y emocional de los empleados

¡Nos encanta el chisme! Nos da vida y alegría en medio de todo el estrés del día a día laboral. Echar chisme en el trabajo, es un tema tan controvertido como pocos, tiene vida propia y tradicionalmente se considera simplemente un vicio de oficina que podría, en realidad, ser un mecanismo de conexión entre compañeros que no solo es necesario sino beneficioso para la salud mental y emocional de los empleados.

Esta práctica, a menudo demonizada, puede fortalecer lazos y hasta mejorar el ambiente laboral pero cuidado, no todo el chisme es oro: hay una delgada línea entre el compañerismo y la toxicidad.

¿Por qué nos sentimos tan atraídos por los chismes de oficina? ¿Es simplemente una forma de pasar el tiempo o hay algo más profundo en juego? Pues resulta que hay razones psicológicas y sociales que nos llevan a compartir rumores y opiniones sobre nuestros compañeros de trabajo, y cómo esto puede influir en nuestras relaciones laborales. Este tema ha sido incluso objeto de estudios y experimentos, siendo uno de los más famosos el ‘Experimento Hawthorne’.

¿Qué fue ese tal Experimento de Hawthorne y qué nos enseñó sobre echar chisme en el trabajo? 

A principios del siglo XX, en la Western Electric Company de Hawthorne, Illinois, se llevaron a cabo una serie de estudios para mejorar la productividad de los trabajadores. Se manipularon diversas variables como la iluminación, los descansos y las condiciones laborales en general, con el objetivo de encontrar la combinación perfecta para aumentar la producción.

Resultados sorprendentes:

Lo más interesante de este caso es que, sin querer y sin buscarlo, el experimento concluyó que no importaban los cambios introducidos en el entorno de trabajo, la productividad de los trabajadores tendía a aumentar. Incluso cuando se empeoraban las condiciones de trabajo, la producción seguía creciendo. Esto llevó a los investigadores a concluir que otros factores, más allá de las condiciones físicas del trabajo, influyeron en el rendimiento de los empleados.

El efecto Hawthorne:

A partir de estos resultados, se acuñó el término «Efecto Hawthorne». Este efecto se refiere a la tendencia de las personas a modificar su comportamiento cuando saben que están siendo observadas o participan en un experimento. En el caso de los trabajadores de Hawthorne, el simple hecho de saber que eran parte de un estudio los motivaba a trabajar más duro.

¿Qué implicaciones tiene el Experimento de Hawthorne?

  • Importancia de las relaciones sociales: Los estudios de Hawthorne demostraron que las relaciones sociales en el trabajo, la atención que se presta a los empleados y el sentimiento de pertenencia a un grupo pueden tener un impacto mucho mayor en la productividad que las condiciones físicas del trabajo.
  • El papel de la motivación: Los factores psicológicos, como la motivación y la satisfacción laboral, son fundamentales para el desempeño de los empleados.
  • La importancia de la comunicación: Los trabajadores se sienten más motivados cuando se les escucha y se tiene en cuenta su opinión.

Bueno, ¿Cuál es el chisme entonces?

El chisme es que, a pesar de su importancia histórica, el Experimento de Hawthorne ha sido objeto de numerosas críticas. Algunos investigadores señalan que la metodología utilizada no era del todo rigurosa y que los resultados podrían haber sido influenciados por otros factores no controlados pero aún así, fue evidente que crear lazos entre los trabajadores mejora su producción y que el chisme rompe barreras y ayuda a conectar a todos los participantes de la cadena organizacional.

¿Por qué amamos tanto el chisme en la oficina? Los placeres de echar chisme en el trabajo:

El chisme no es solo una distracción en la oficina, es un fenómeno social complejo que puede tener tanto efectos positivos como negativos. Su papel en la construcción de relaciones laborales, el manejo del estrés y la creación de una cultura organizacional más saludable.

«El chisme es el condimento que sazona las conversaciones y aviva la intriga.»

«Un nuevo día, un nuevo chisme aguarda ahí fuera, esperando ser revelado”

«El chisme es el arte de transformar lo ordinario en extraordinario.»

«Un buen chisme puede ser el inicio de una amistad duradera.»

“El almuerzo alimenta el cuerpo y el chisme alimenta el alma”

«Un buen chisme puede ser la mejor medicina para el aburrimiento.»

«Los chismes son las noticias no oficiales que mueven al mundo.»

¿Sabías que el 80% de los empleados admiten haber participado en conversaciones sobre compañeros de trabajo?

Bueno no, esta cifra es un chisme y no está confirmada pero ayuda a ejemplificar hipotéticamente la enorme fanaticada de personas que una o varias veces al día se escapan a compartir los chismes del día con sus compañeros, ya sea con un cafecito, en el almuerzo, en los corredores de camino al baño o en lugares secretos lejos del tráfico de sus jefes, siempre vigilantes. 

Imagina llegar a la oficina y no escuchar ni un solo rumor… ¿Te parecería un lugar más aburrido o más productivo? Imagina no poder enviar a tus compañeros esos memes que dicen: “Yo bien tranquilo echando chisme en un área que no es la mía”, “Cuando te miras con tu amiguis del trabajo y se entienden el chisme solo con la mirada” y hasta esos pregoneros que rezan ”El chisme me da vida, me estimula y me activa” 

Aspectos positivos de echar chisme en el trabajo, siempre y cuando sea sano:

  • Fomento de la conexión social: El chisme, cuando se hace de manera respetuosa y sin intención de dañar al otro, puede fortalecer los lazos entre compañeros de trabajo, creando un ambiente más amigable y colaborativo.
  • Reducción del estrés: Compartir experiencias y preocupaciones con los colegas puede ser una forma de liberar tensiones y estrés acumulados en el ambiente laboral.
  • Creación de una cultura de confianza: Al compartir información de manera abierta y honesta, se puede fomentar un clima de confianza mutua en el equipo de trabajo.
  • Obtención de diferentes perspectivas: Los chismes, cuando se basan en hechos y no en rumores, pueden ayudar a obtener diferentes puntos de vista sobre una situación, lo que puede ser útil para tomar mejores decisiones.

Los riesgos del chisme negativo y la toxicidad laboral:

  • Daño a la reputación: Los chismes malintencionados pueden dañar la reputación de una persona y crear un ambiente de desconfianza.
  • Disminución de la productividad: El chisme negativo puede generar conflictos y distracciones, lo que puede afectar negativamente la productividad del equipo.
  • Creación de un ambiente tóxico: Un ambiente laboral lleno de chismes y rumores puede ser muy perjudicial para la salud mental de los empleados.

Cómo diferenciar el chisme sano del tóxico:

  • Intención: El chisme sano busca conectar y compartir, mientras que el chisme tóxico busca dañar y manipular.
  • Veracidad: El chisme sano se basa en hechos, mientras que el chisme tóxico se basa en rumores y especulaciones.
  • Impacto: El chisme sano fortalece las relaciones, mientras que el chisme tóxico las destruye.

Recomendaciones para un chisme «sano» en el trabajo:

  • Respeto: Siempre se debe respetar la privacidad de los demás y evitar hablar mal de alguien a sus espaldas.
  • Veracidad: Asegurarse de que la información que se comparte sea precisa y no esté basada en rumores.
  • Empatía: Ponerse en el lugar de los demás y evitar hacer comentarios que puedan herir o ofender.
  • Foco positivo: En lugar de centrarse en los aspectos negativos, buscar los aspectos positivos de las situaciones y de las personas.

Ejemplos de chismes o códigos laborales secretos:

  • El jefe de departamento de TIC le habla a su computadora como si fuera su amante.
  • Se dice que en la oficina de creativos hay un fantasma que mueve los papeles y las sillas por las noches.
  • La chica de marketing colecciona llaveros de congresos a los que nunca ha asistido.
  • En el equipo digital alguien se roba los lapiceros de sus compañeros y los esconde.
  • La malgeniada y grosera del área logística está profundamente enamorada del chico de redes a quien mira feo y trata mal.
  • Se dice que hay un grupo secreto de colaboradores que saben exactamente dónde están los puntos ciegos de las cámaras de seguridad con fines románticos.
  • La asistente ejecutiva guarda una botella secreta para darse valor antes de una presentación.
  • Hay un compañero que revisa la nevera para robarse los medios aguacates de sus compañeros después del almuerzo.
  • Una compañera guarda mermelada y mantequilla de maní en una bolsa que dice “Ensalada” en la nevera.
  • Se rumora que la directora de marketing tiene un código secreto con su asistente para decir que va a “Hacer café” cuando va a ir al baño a hacer popó.

El chisme, como cualquier otra forma de comunicación, puede ser utilizado de manera positiva o negativa. Al comprender los riesgos y beneficios del chisme, podemos aprender a utilizarlo de manera constructiva para fortalecer las relaciones laborales y crear un ambiente de trabajo más saludable y productivo.

¿Tienes alguna anécdota sobre chismes buenos, malos o graciosos? Déjala en los comentarios y si algún compañero o jefe te recrimina por echar un chismesito de vez en cuando, envíale este artículo. 

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Fuentes de “Echar chisme en el trabajo”