Una práctica que parecía abolida, la de las llamadas pescas milagrosas, vuelva a revivir en el país, especialmente en el sur. En una de las carreteras más importantes de esa zona, se volvió paisaje que delincuentes paren a los viajeros para robarles. Incluso hubo asesinatos.

Reten ilegal que revive las denominadas pescas milagrosas.

En el tramo que conecta al municipio de Santander de Quilichao con la capital del Cauca, Popayán, en plena vía Panamericana, se registró el robo de una camioneta luego de que el conductor del vehículo fuera obligado a frenar la marcha en medio de un retén ilegal. Esta caso, que se volvió viral porque lo grabaron en video y lo replicaron por redes sociales, fue el último de una serie de robos protagonizados por miembros de grupos armados residuales (GAOr), según indicó la Policía, luego de que capturaran a 4 sospechosos. Este hecho revive el recuerdo de las llamadas pescas milagrosas.

«Los delincuentes salían cuando había algunos espacios en que la fuerza pública iba a atender otros requerimientos y salían a hurtar. En algunos casos, asesinaron a sus víctimas. En esta operación conjunta, también logramos la recuperación de 6 motocicletas», explicó el coronel Giovanny Torres, comandante de la Policía del Cauca.

¿Las pescas milagrosas estaban abolidas?

Acciones delincuenciales como esta fueron parte del paisaje en Colombia en los años 90, teniendo como principal actor a la guerrilla de las Farc. Y, aunque se creía que ya eran parte de la historia y los viajeros podían transitar tranquilos por el país, el drama de las llamadas pescas milagrosas revive en algunas regiones.

«La pesca milagrosa es una figura por la cual los grupos armados ilegales detenían a las personas para secuestrarlas o en algunos casos hurtarles las pertenencias. Recientemente no es tan común, por eso preocupa lo que se presenta en las carreteras del Cauca y del sur de Valle», mencionó Carlos Zapata, presidente del Instituto Popular de Capacitación.

El analista del conflicto Jaime Fajardo Landaeta, por su parte, aseguró que «ya hay casos de que hay tendencias de que grupos ilegales empiezan a utilizar de nuevo esta situación, que tanto problema trajo para la seguridad de los colombianos».

Con las Farc era común que secuestraran en medio de las pescas milagrosas para luego pedir dinero por liberar a las víctimas. En los últimos casos, no hubo plagios, todos han sido con fines de hurto.