De hacer trenzas a domicilio en humilde barrio de Tumaco a desfilar para marcas como Louis Vuitton en París

Valentina Castro Rojas era conocida en su barrio en Tumaco hace menos de 2 años por su habilidad para hacer trenzas afro. Hoy, con tan solo 20 años, camina por las pasarelas de París y Milán, modelando para las marcas de lujo más importantes del mundo como Louis Vuitton y Paco Rabanne.
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El giro en su vida ocurrió gracias a un mensaje inesperado en Instagram. Un cazatalentos de la agencia Nefer Models quedó impactado por su rostro y su presencia en las fotos que compartía en redes sociales. En cuestión de meses, Valentina pasó de cobrar entre 16.000 y 50.000 pesos por peinados en su barrio a recibir ofertas de las casas de moda más prestigiosas del mundo.
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De Tumaco a París: una historia de determinación
Valentina nació y creció en Tumaco, municipio del Pacífico colombiano con profundas dificultades socioeconómicas. A pesar de ello, la joven siempre encontró belleza en su entorno. «Me encanta la playa, los atardeceres y la unión de la gente», cuenta.
Desde pequeña, el cabello fue su pasión. Experimentaba con diferentes estilos y compartía sus creaciones en redes sociales. Fue en una de estas publicaciones donde un cazatalentos la encontró y le propuso convertirse en modelo profesional.
Inicialmente, Valentina y su familia dudaron de la oferta. En un entorno donde muchas jóvenes son víctimas de estafas y trata de personas, la desconfianza era natural. Sin embargo, tras hablar con la directora de la agencia y viajar a República Dominicana, se convencieron de que era una oportunidad real.
Un ascenso vertiginoso en la moda
En menos de cuatro meses, Valentina estaba sobre la pasarela del desfile otoño-invierno de Louis Vuitton en París. Con su cabello trenzado y una chaqueta estructurada negra, se convirtió en una de las modelos más comentadas de la presentación.
La experiencia no fue fácil. Adaptarse a la disciplina del modelaje internacional implicó cambios radicales en su rutina. «Fue un cambio drástico. La comida, el ejercicio, la presión… pero aprendí rápido», dice.
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Uno de los momentos más duros de su carrera llegó cuando su estricta dieta le pasó factura. Durante un vuelo de Italia a Inglaterra, sufrió un desmayo por desnutrición y terminó en el hospital. «El médico me dijo que no comiera tan saludable, que volviera a mi comida normal», recuerda entre risas.
Entre el modelaje y su vida en Tumaco
A pesar de su rápida fama, Valentina mantiene los pies en la tierra. Actualmente, cursa su último año de bachillerato mientras aprende inglés de manera virtual. «Quiero seguir modelando, pero también prepararme académicamente», afirma.
Su familia sigue siendo su pilar. Vive con su madre, quien vende productos por catálogo, y sus hermanas, mientras su padre trabaja como pescador. «Me apoyan en todo, aunque al principio no lo creían», admite.
Un futuro prometedor
Valentina sueña con seguir conquistando las pasarelas y abrir camino para otras jóvenes de su región. «Si yo lo logré, muchas también pueden hacerlo», dice con confianza.
Con su talento, disciplina y autenticidad, esta joven colombiana promete ser una de las nuevas figuras del modelaje internacional.