Tras meses de cautela, el gasto de los hogares en Colombia muestra leves signos de recuperación. ¿Es este el inicio de un cambio positivo?
En medio de la incertidumbre económica que ha caracterizado a Colombia en los últimos años, un nuevo estudio de la firma Radar revela que las familias colombianas están comenzando a ajustar su comportamiento de gasto. A pesar de que aún predomina la cautela, se observan signos de una posible recuperación en el consumo, lo que plantea preguntas sobre la salud económica del país.
Según el informe, en septiembre de 2024, el gasto de los hogares colombianos tuvo un incremento mínimo del 0.05% en comparación con el mismo mes del año anterior. Este crecimiento, aunque modesto, marca una mejora significativa respecto al periodo del año pasado, que mostró una disminución del 1.13% en el tercer trimestre. De hecho, el análisis del acumulado entre enero y septiembre de este año indica un crecimiento del 0.55%, en contraposición a la caída del 2.27% registrada en el mismo periodo de 2023.
Estos datos son un alivio para un país que ha enfrentado 24 meses de ajustes severos en su economía. La firma Radar sugiere que este comportamiento refleja una tendencia de estabilización en el consumo, impulsada por una desaceleración de la inflación. Aunque la cifra aún está lejos de los promedios históricos, los analistas consideran que se podrían estar sentando las bases para un crecimiento más sólido en el futuro.
El informe detalla que, a pesar de la leve recuperación, el gasto real de los hogares colombianos todavía se mantiene por debajo de los niveles pre-pandemia. Esto es indicativo de la cautela con la que las familias manejan sus finanzas. La incertidumbre en torno a factores como el empleo y la inflación ha llevado a muchos a priorizar el ahorro y la reducción de gastos no esenciales.
El análisis también señala que el gasto en categorías como alimentos y productos básicos ha mostrado una resistencia, mientras que otros sectores, como el entretenimiento y los bienes de lujo, continúan siendo postergados. Esta tendencia podría explicarse por el cambio en las prioridades de consumo de los colombianos, quienes parecen más inclinados a asegurar su bienestar inmediato que a realizar gastos discrecionales.
La moderada mejora en el gasto de los hogares se produce en un contexto de desaceleración de la inflación. Los datos más recientes indican que la inflación en Colombia ha comenzado a ceder, lo que puede estar contribuyendo a una mayor confianza del consumidor. Sin embargo, los economistas advierten que este proceso es aún frágil y que dependerá de factores externos e internos, incluyendo la estabilidad política y las políticas económicas implementadas por el gobierno.
A pesar de estos avances, muchos colombianos continúan enfrentando desafíos económicos significativos. La tasa de desempleo sigue siendo una preocupación, y los analistas sugieren que el impacto de la inflación en los precios de los alimentos y otros bienes esenciales continúa afectando la capacidad de las familias para gastar.
Para muchos, la recuperación económica no será instantánea. Los hogares colombianos han aprendido a ser más cautelosos y prudentes en sus decisiones de gasto. Esta actitud refleja una nueva realidad en la que las familias priorizan su seguridad financiera frente a la incertidumbre económica.