La barranquillera venció en octavos de final a Donjoneta Sadiku de Kosovo tras decisión dividida de los jueces, asegurando diploma olímpico y el paso a los cuartos de final.

Estos son los primeros Juegos Olímpicos para la pugilista de 24 años quién es sexta en el ranking mundial. La primera pelea la hizo con tenis porque las botas que le entregó el Comité Olímpico Colombiano le quedaron apretadas. Foto cortesía: Comité Olímpico Colombiano.

Estos son los primeros Juegos Olímpicos para la pugilista de 24 años quién es sexta en el ranking mundial. La primera pelea la hizo con tenis porque las botas que le entregó el Comité Olímpico Colombiano le quedaron apretadas. Foto cortesía: Comité Olímpico Colombiano.

Con la sonrisa que no se desdibuja de su rostro, Angie Valdés da cuenta del momento que vive en París. En su primera pelea salió victoriosa y con tiquete para subirse de nuevo al ring del París Norte Arena, dónde este miércoles 31 de agosto, a las 10:54 a.m. (hora colombiana), enfrentará a la irlandesa Kellie Harrington, quién viene de ganarle de manera contundente 5-0, a la italiana Alessia Mesiano.

A cuartos de final, la rival de la colombiana llega con pergaminos. Actualmente es la campeona olímpica y n° 3 del mundo, pero eso no asusta a Angie que está acostumbrada a enfrentar a las mejores en instancias decisivas, como le ocurrió en el Mundial de la India en 2023 que fue medalla de plata. Allí le ganó en semifinales a la china Wenlu Yang, campeona asiática y del mundo. También venció a la francesa Estelle Mosselly campeona olímpica en Río 2016. Ahora tiene una nueva oportunidad para derribar a una de las favoritas.

 

Golpes de lucha.

La carrera de Angie no ha sido de rosas, pero el esfuerzo ha recogido frutos.

El corregimiento La Playa, ubicado en Barranquilla, golpeado por la violencia y el abandono del estado, la vio crecer. Primero como atleta y luego como boxeadora. A los 14 años buscó al entrenador Luis Villarreal para que le diera una oportunidad en el deporte de “de las narices chatas”. En un principio se negó porque como él mismo lo dice “no era muy partidario de las mujeres en el boxeo”, pero ella le hizo una promesa y después de mucho insistirle Villarreal aceptó. “Yo quería que siguiera corriendo para que fuera como Caterine Ibarguen. Pero un día me dijo, profe si usted me cumple yo le cumplo. Y así fue, Angie estudiaba de noche y después de las 9:30 p.m. llegaba siempre a entrenar”, contó a Teleantioquia Deportes el entrenador barranquillero.

No fue fácil, no tenían un espacio adecuado, a veces la acera de su casa era el ring improvisado, sin elementos deportivos pero con todas las ganas.

En ese trasegar siempre ha estado Villarreal, nunca han perdido contacto y siempre pide su aprobación. “Es una gran niña, de carácter fuerte pero corazón noble. Un poco malgeniada pero como todos. Es como mi hija, la trato como a mi hija. Me da alegría y me da felicidad”.

En algún momento pudo ser un talento fugado. Ante las pocas oportunidades con la liga del Atlántico, el entrenador se la recomendó a un colega en Azerbaiyán, para representar a ese país. Fue contratada, le dieron la ciudadanía, contó con un buen pago y duró 2 meses allí, hasta que la federación colombiana la trajo de vuelta.

Luego se cayó su participación a los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, la pandemia no permitió que fuera a el preolímpico en Argentina.

En 2020 perdió a su mamá y quedó a cargo de sus hermanos menores. Un golpe que seguramente no ha podido superar pero que la empujó a buscar la gloria en el deporte.

Abonado camino a París.

El ciclo Olímpico fue asombroso para la barranquillera.  Tiene un registro de 12 victorias y 3 derrotas. Subcampeona en el Mundial de boxeo de la India en 2023.

Medalla de oro en los Juegos Bolivarianos en Valledupar (2022), Suramericanos de Asunción (2022) y Centroamericanos de San Salvador (2023)

En los Juegos Panamericanos de Santiago (2023) fue medalla de plata y allí consiguió el tiquete a los Olímpicos de París 2024. En medio de las lágrimas ese día hizo un homenaje especial ante los medios de comunicación: “le dedico esto a mi mamá que soñaba con esto, Es mi motivación, ya no está. Mi mamá siempre me decía que iba a llegar a este evento tan importante y que iba a ir a los Olímpicos y que iba a cerrar la cuadra”

Un año después está viviendo ese sueño que seguramente su madre acompaña en el cielo, gozan en el corregimiento La playa y admira el primer entrenador que le dio la mano para tomar fuerza en el boxeo, que cuenta de la ilusión conjunta “Hace 10 años que venimos luchando por un sueño olímpico, hubo altibajos, luchamos a pesar de las adversidades y obstáculos, se murió la mamá y asumió la responsabilidad de sus hermanitos. Es una buena niña, luchadora, buena hija, hermana y ha luchado duro por sus sueños, ha sabido esperar. Confiamos en Dios que vaya por la de oro”

Este miércoles, la sonrisa de Angie volverá al cuadrilátero para enfrentar a la irlandesa con la que, como dice Luis Villarreal “tendrá una pelea complicada pero tenemos fe en que la va a ganar. No me da miedo, ella es muy buena y se lo merece”

El corazón de su pueblo, su familia y entrenador estarán con ella, serán su fuerza. De ganar será el orgullo para ellos y de paso asegurará como mínimo la medalla de bronce, por ahora tiene diploma olímpico, la admiración de los colombianos y el respeto de las rivales.

Angie Valdés se proyecta como promesa y escribe su historia a punta de golpes de resiliencia, éxito y aprendizajes que apenas comienzan en el boxeo mundial y olímpico.   

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