En la isla de Chipre, en el Mediterráneo oriental, suena la canción “La Piragua” del maestro José Barros, una melodía interpretada por niños y jóvenes chipriotas y de otros países de Europa, Asia y África. La presentación la dirige Santiago Ossa Alzate, un joven envigadeño que ha puesto el nombre de Colombia en lo más alto de la música clásica.
Muchos de estos talentosos jóvenes, poco o nada conocían sobre Colombia, sin embargo, hoy nuestro país está dentro de sus intereses, pues, según nos cuenta Santiago, muchos se animaron a buscar datos interesantes de Colombia. “La Piragua” se convirtió en toda una experiencia musical para niños y jóvenes chipriotas, con un grito al unísono de “cumbia” y una interpretación en español que nos llena el corazón de orgullo como colombianos y nos ratifica que el talento es tanto, que nos alcanza hasta para exportarlo.
Santiago es un fiel representante de nuestro país en el Mediterráneo, desde muy pequeño ha demostrado un gran talento y habilidad por la música, convirtiéndose en una gran oportunidad para profesionalizarse en este arte. Estudió dirección musical en la Universidad Eafit y desde muy pequeño hizo parte de la Red de Escuelas de Música y, años más tarde, de la Fundación Amadeus, donde interpretaba la trompeta.
Después de graduarse de la universidad, decidió emigrar a Madrid a realizar un voluntariado en el mismo campo de su profesión y por obras del destino, un día se topó con un aviso que decía: “se requiere director de orquesta en Chipre” y llamó tanto su atención, que hoy lo tiene viviendo en esta isla remota al sur de Turquía en la que se mezclan culturas asiáticas, europeas y africanas. Al principio no tenía ni idea de dónde estaba ubicada la isla y hoy, dos años más tarde, ésta se ha convertido en su hogar.
Actualmente, es el director del Sistema Cyprus, un proyecto músico-social enfocado en las comunidades de diferentes áreas de Chipre que buscan una transformación a través de los instrumentos y la formación musical de jóvenes y niños. Santiago siente una gran pasión por formar niños en este campo y cuenta cómo se conecta con la alegría de ellos al aprender de música.
“Esta experiencia que he tenido en Chipre ha sido increíble y he crecido mucho como persona y como músico. Yo quiero estar acá por un periodo aprendiendo y creciendo, y quiero ver cómo esa nueva generación de niños chipriotas y no chipriotas que están viviendo en Chipre, crecen y ven el camino de la música como una oportunidad para crecer y tener sueños porque este es el fin del programa, que los niños crean en sí mismos. Luego vendrán más niños a esta orquesta que van a llenar estas filas de instrumentos, que es lo que nosotros queremos.”
– Santiago Ossa
De Manera Singular, seguimos reafirmando nuestro orgullo por los embajadores colombianos que nos emocionan y nos representan desde cualquier rincón del mundo.