¿Has sentido la presencia o sueñas permanentemente con un ser querido que ya falleció? ¿Escuchas pasos o voces en lugares donde eres el único presente? Si es así, puede que un espíritu esté clamando por tu ayuda para poder transcender del plano terrenal.
El misterio por la muerte, y lo que sucede después de ella, ha rondado el pensar de cada generación desde el inicio de los tiempos. Cada cultura ha construido en su historia su propio significado de la muerte. Para algunos, es una fiesta para despedir a un ser amado y celebrar su trascendencia; para otros, la promesa de una vida eterna y un porvenir nuevo alivian el peso de la partida; otros más, inmortalizan el alma con conceptos tan místicos como la reencarnación.
El tema suscita miedo, incertidumbre y dolor para algunos, y para muchos otros, es razón de alegría, celebración y agradecimiento. Cubiertas con tal manto de misterio, existen personas dotadas con la habilidad especial de comunicarse con seres fallecidos que no han abandonado este plano terrenal, pues se cree que, aunque abandonemos nuestro cuerpo, el alma es inmortal.
Existen múltiples motivos por las cuales un alma no se atreve a cruzar la luz, y Sara Holguín, pasadora de almas, nos habla de ellos: “a veces esas almas no son capaces de desprenderse porque no quieren morir e incluso no reconocen que ya su cuerpo no hace parte de ellas; puede suceder también que tengan cosas pendientes por resolver, dependencias de algún tipo o el apego de alguien cercano que le impide cruzar”. Estos se manifiestan de diversas formas, desde voces, pasos, sueños y sensaciones, hasta interacciones complejas como mover objetos, intervenir en conversaciones y jugar con niños o mascotas.
Justo ahí, entre el temor y la confusión, el don del pasador de almas acude en ayuda de la familia, los afectados o incluso el alma misma que se comunica para recibir apoyo en la transición. “Un pasador de almas es una persona que tiene la capacidad o la sensibilidad de poder percibir, escuchar o sentir a los espíritus desencarnados, que es un ser que ha abandonado el cuerpo físico. Lo que hago como pasadora de almas es contactarme con ellos para ayudarles a cumplir el proceso de trascender hacia esa luz a la que todos vamos”, dice Sara.
Pero… ¿cómo se logra esto?
Lo primero es establecer contacto con el alma a través de meditaciones o trances que pueden tomar miles de formas y que durante siglos han sido mezclados con rituales, danzas o conjuros de diferentes cultos, lo cual les ha otorgado una inmerecida asociación con artes ocultas, hechicería o brujería. Es muy importante, según indica Sara, saber las condiciones bajo las que murió la persona, los pendientes que pudo dejar o si tenía algún apego fuerte que le impida trascender o incluso hacerle entender que ha muerto, ya que muchos de ellos no saben que su espíritu abandonó el cuerpo físico y que vagan etéreos por nuestro plano, buscando algo que difícilmente van a encontrar. Para terminar su labor, ella los acompaña desde el respeto para que finalmente puedan transitar hacia la luz.
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La labor de Sara Holguín es emocionante y sin duda, es un personaje que #DeManeraSingular hace un gran servicio espiritual. Si crees que alguien cercano falleció y necesita ayuda para trascender, una pasadora de almas puede ayudarte en esa misión.