El 8 de marzo, Día Internacional por los Derechos de la Mujer, es un hito en la historia porque se conmemora la lucha por su reconocimiento y el ejercicio efectivo de sus derechos.
Por tal motivo, brindamos un homenaje a todas esas mujeres de nuestro país y nuestro departamento que han levantado la voz y se han movilizado para que se reconozca el papel transformador femenino en la sociedad a través de las vivencias de innumerables y maravillosas mujeres que han pisado nuestras tierras dejando una huella que ni siquiera el tiempo ha podido borrar.
Luz Castro de Gutiérrez (1908-1991) fue un vivo ejemplo: nació en Medellín en una familia de personajes destacados. Una vez se capacitó como enfermera se dedicó al servicio social de manera desinteresada y luchó por la presencia femenina en el desarrollo democrático del país. A ella se le reconocía por su alegría y eterna sonrisa. En 1942 consciente de la necesidad de un sitio adecuado para la atención de las mujeres a la hora de sus partos, lideró la creación de un centro de atención obstétrica, el cual ayudó a su crecimiento como clínica y en la actualidad se conoce como el Hospital General de Medellín.
Así mismo, reconocemos a Betsabé Espinal (1896-1932). De quien se saben pocos detalles de su vida personal y familiar, sin embargo, se le recuerda porque a sus 23 años se desempeñaba como hilandera y en esa corta edad se convirtió en la líder sindical de 400 obreras que alborotaron las calles de Medellín en 1920. Sus gritos feministas desafiaron el estatus quo de la época, bajo el que resultaba inconcebible un paro de mujeres. Manifestaciones que después de un mes lograron conseguir un aumento salarial del 40%, regulación de la jornada laboral a 10 horas y el despido de capataces y administradores acosadores, entre otros acuerdos.
Otra mujer que luchó en contra de las leyes reinantes en la sociedad, en un período donde el sexo femenino no podía administrar los bienes ni votar, fue Rosa María Turizo de Trujillo (1929-2020). Fue impulsada por su padre a estudiar derecho siendo la única mujer de su curso y al graduarse, la número nueve en recibir diploma de abogada. Ella al percatarse de la desigualdad de género, hizo que naciera el impulso de promover el cambio en la historia social de las mujeres, no sólo en Medellín sino también a nivel nacional.
Es así como un grupo de mujeres profesionales lideradas por ella, conformaron en 1955 la Unión de Ciudadanas de Colombia, cuya prioridad era obtener el derecho al voto y darle al género femenino su posición como ciudadanas. Y a través del plebiscito contemplado en la Constitución de Colombia de 1957, se hizo realidad ese ideal.
Aplaudimos a estas tres mujeres y a todas aquellas que, desde sus hogares, lugares de trabajo y comunidades educativas nos emocionan con la tenacidad y el ejemplo de trabajar por sus ideales y por la transformación de la sociedad con equidad y justicia.