El trailer de la película “Everest” menciona: “El ser humano no está preparado para funcionar a la altitud de vuelo de un Boeing 747. Nuestro cuerpo empezará a morir a esa altura”. De la misma manera, se puede hablar de la complejidad del funcionamiento del cuerpo humano en condiciones diferentes a las que estamos adaptados como el espacio, las naves aeroespaciales, los aviones, las cabinas presurizadas y los submarinos.
Para analizar el comportamiento del cuerpo humano en condiciones diferentes a las terrestres, existe una rama de la medicina denominada medicina aeroespacial, una especialidad vinculada al área de la medicina preventiva que busca entender cómo reacciona nuestro cuerpo y por qué lo hace de determinada manera en un ambiente tan hostil.
Para hablar al respecto, invitamos a nuestro programa al doctor Mateo González, especializado en medicina aeroespacial, quien nos puntualizó acerca de la utilidad de esta rama de la medicina: “Cuando una persona se sale de la propia habitabilidad del planeta, donde están las ciudades, encontramos diferentes ambientes donde el ser humano no podría subsistir sin un adecuado control de los factores de riesgo en los que pudiera verse enfrentado. Para estudiar esos factores y prevenir sus consecuencias existe, precisamente, esta especialidad de la medicina”.
Mateo González hizo parte del Grupo de Astrobiología de Medellín y es un joven talento antioqueño que encontró en esta rama de la medicina una pasión, que empezó con el interés por temas como la astronomía y la cosmología y preguntas fundamentales como: ¿de dónde vino el ser humano? y ¿de dónde proviene todo lo que vemos?
Mateo se considera a sí mismo una persona curiosa, con un ímpetu a la duda y con una posición hacia el escepticismo científico que, precisamente, lo llevó a adentrarse en el mundo de la medicina aeroespacial como una forma de responder y atender este interés y estas inquietudes. Combinó, entonces, dos pasiones y talentos: la medicina y la astronomía.
La medicina aeroespacial nació hace más de 30 años al combinar los estudios de la NASA con los conocimientos de la medicina sobre la ingravidez, para alcanzar resultados terapéuticos y convertirse así en una especialidad. Fueron creados tratamientos para diversas falencias físicas sobre escenarios que imitan la ingravidez del espacio, donde las personas son sometidas a esfuerzos físicos, pero sin dolor. Con la medicina aeroespacial se busca conocer las reacciones y alteraciones en el cuerpo y los sentidos sensoriales en medios hostiles como las naves espaciales o las cabinas presurizadas.
Debido a que se trata de una rama de la medicina preventiva, el doctor Mateo González mencionó: “precisamente la medicina aeroespacial en el currículum de UTMB (The University of Texas Medical Branch) es una especialidad vinculada al área de medicina preventiva porque busca que el ser humano esté en las mejores condiciones posibles para enfrentar un desafío fisiológico durante algún tipo de misión espacial o, por ejemplo, un piloto que se somete a diferentes jornadas de vuelo. En ese caso, es ahí donde entra el médico aeroespacial, previendo ese riesgo de que el piloto esté en sus mejores condiciones para que precisamente el vuelo transcurra sin ninguna novedad”.
Este tema emocionante de la Medicina aeroespacial, lo abordamos en nuestro programa #DeManeraSingular.